Fue la estrella mejor pagada de Hollywood. :: AFP
Sociedad

Los tirabuzones dorados del cine

Fallece a los 85 años Shirley Temple, la niña prodigio más famosa del celuloide

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«Fui niña precoz, muñequita de oro que al crecer se le fue el tesoro de su voz / Y resulta atroz verme olvidada por aquel público fiel que algún día me admiró», cantaban las Vainica Doble en 'La niña precoz', un tema delicioso dedicado a la actriz Shirley Temple. La niña prodigio más famosa de todos los tiempos murió el lunes por la noche a los 85 años en su casa de Woodside, California, según confirmó su representante. Queda en el imaginario del cine una cría pizpireta, toda mofletes y ricitos de oro, que tan pronto hacía pucheros como rompía a bailar claqué. Un querubín que dejó de creer en las navidades a los seis años, cuando su madre la llevó a unos grandes almacenes y Santa Claus le pidió un autógrafo.

Temple fue en los años 30 la mayor estrella del cinematógrafo sobre la Tierra. Ganó un Oscar con seis años -una estatuilla de pocos centímetros, adecuada a su tamaño-, dio rostro a una línea de muñecas y amasó tres millones de dólares antes de llegar a la pubertad. Después descubrió que su padre había dilapidado toda esa fortuna por las malas inversiones. «Durante la Depresión, cuando el espíritu de la gente se desmoronó, un americano podía ir al cine por quince centavos, ver el rostro sonriente de una niña y olvidarse de sus problemas», alabó el presidente Roosevelt. Al contrario que otros niños prodigio afectados por el 'síndrome Joselito', Shirley Temple supo realizar el tránsito a la madurez sin estrellarse. Empezó a los tres años y con cinco actuaba, cantaba y bailaba con la profesionalidad de una veterana. De 1935 a 1938 fue la reina de la taquilla por encima de divinidades como Clark Gable, Bing Crosby, Gary Cooper y Joan Crawford.

Cuando ya empezaba a iniciar la adolescencia, su popularidad declinó, aunque en los años 40 siguió protagonizando películas de fuste, como 'Desde que te fuiste' y 'El solterón y la menor'. Se despidió del cine a finales de esa década, cuando aún tenía 22 años, con cintas populares como 'A rienda suelta' y 'Mr. Belvedere estudiante'. Jamás volvió a aparecer en un largometraje, ni siquiera como estrella invitada, tan solo grabó unos especiales televisivos en los 60. En vez de recrearse en la nostalgia optó por reinventarse.

Temple se casó a los 17 años con John Agar, un soldado que probó suerte como actor. Tuvieron una hija, que también sería actriz, pero el matrimonio se divorció en 1949. Más suerte disfrutó con su segundo marido, el empresario y pionero de la acuicultura Charles Alden Black, padre de sus otros dos hijos y con quien estuvo casada hasta su muerte en 2005. La estrella infantil se había convertido para entonces en una de las mujeres más influyentes del Partido Republicano. Delegada en Naciones Unidas por mandato de Nixon, jefa de protocolo con el presidente Gerald Ford y embajadora en Ghana y Checoslovaquia, esta última fue su etapa favorita ya que le permitió ser testigo de la Revolución de Terciopelo.

Shirley Jane Temple nació en 1928 en Santa Mónica, California. Desde el principio formó equipo con su madre, una costurera que se responsabilizó de su imagen y del éxito de su carrera. Descubierta en una escuela de danza, solo en 1934 protagonizó diez largometrajes cortados a su medida, títulos como 'Ojos cariñosos', el primero concebido para hacerla explotar como estrella. Temple encarnaba a una huerfanita por cuya custodia luchan un padrino aviador que la adora y una familia de ricos dirigida por un malhumorado patriarca. Después vendrían 'Dejada en prenda', 'Ahora y siempre', 'La pequeña coronela', 'Pobre niña rica'...

Un valor seguro

La protagonista de 'Heidi' recibía en el cénit de su éxito más cartas que Greta Garbo y disponía de una fuente de limonada en su 'bungalow'. El mítico capo de la Fox Darryl Zanuck creó un departamento dedicado exclusivamente a encontrar guiones para su criatura más rentable, que había salvado al estudio de la bancarrota. Fue el molde para todos los niños prodigio que vinieron después. Quemados los papeles de niña repipi, Temple intentó dar el salto a papeles más adultos pero el público echaba de menos sus 56 rizos y tirabuzones dorados. Trabajó a las órdenes de John Ford en 'La mascota del regimiento' y 'Fort Apache', donde ya era una adolescente que jugaba a turbar a los hombres. Los distribuidores españoles resumieron sin querer su frustración al titular 'Miss Annie Rooney' en nuestro país como 'Quiero ser mujer'.

Shirley Temple fue valiente delante y detrás de las cámaras. En 1972, cuando el cáncer de pecho era un tabú, ella convocó una rueda de prensa en el hospital donde se había operado para hablar sin tapujos de su mastectomía y animar a las mujeres «a que no se queden en casa con miedo». Su espinita como actriz siempre fue que Judy Garland le arrebatara el papel de Dorothy en 'El mago de Oz': la Fox no la cedió a su productora rival, Metro Goldwyn Mayer. «Cuando cumplí los 14 años me convertí en lo más vieja que he podido ser. Desde entonces no he hecho más que rejuvenecer», se felicitaba la actriz.