CÁDIZ

Rota espera resurgir de la crisis de la mano del Escudo Antimisiles

El Ayuntamiento ya ha puesto en marcha la agencia 'Wellcome to Rota' para mostrar las bondades de la villa a los americanos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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No haya nada mejor para contrarrestar la preocupación que puede sentir cualquier ciudadano ante la presencia de un Escudo Antimisiles que pregonar las bondades que la repercusión económica tendrán en la localidad que habita. Si a esto se suma un contexto de crisis que encara ya su sexto año consecutivo, la perspectiva del desembarco de un millar de marines americanos a la Base Naval de Rota cambia. Desde que el por entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciara en octubre de 2011 el acuerdo alcanzado con la OTAN para la llegada de cuatro barcos destructores a la base gaditana, el Ayuntamiento de esta localidad (gobernado por el PP y Roteños Unido) ha abierto los brazos de par en par a lo que puede ser el resurgir de las relaciones prósperas a ambos lados de la verja. Llevan esperando este momento desde hace 14 años, cuando a partir del año 2000 comenzaron a observar cómo se ejecutaban las primeras inversiones y adecuaciones de la base para ampliar sus muelles o el número de pistas de aterrizajes de aviones. De hecho, este despliegue militar fue ideado por George W. Bush pero quedó frenado por la retirada de las fuerzas españolas de Irak.

El beneficio que puede reportar el escudo no es para menos, el recinto militar ocupa alrededor de un tercio del término municipal y el 56% de la economía local depende de ella. Según los cálculos de la alcaldesa de Rota, Eva Corrales, el impacto que esperan que el Escudo Antimisiles tenga en el municipio es de unos 51 millones de euros al año, una cantidad que podría aliviar la situación particular de los roteños, puesto que buena parte de ese dinero se invertiría en los negocios locales.

El quid de la cuestión es que a bordo de los cuatro barcos destructores que irán llegando a la Base a lo largo de este año y el que viene, viajan unos 1.100 militares americanos que vendrán acompañados de sus familiares, a los que hay que sumar trabajadores civiles. El número global que se baraja es que unos 3.400 nuevos residentes americanos lleguen a Rota. La preocupación de la población es que estos nuevos habitantes decidan instalarse dentro del recinto y no en los centenares de casas que están a disposición de alquiler o venta. El almirante Jefe de la Base Naval, Cristóbal González-Aller Lacalle, asegura que no sólo no se han construido nuevas viviendas sino que se han reducido puesto que se han hecho obras para transformar unos 200 pareados en una sola vivienda de mayor tamaño que se destinará a los altos mandos. Esto abre las perspectivas de negocio en el sector inmobiliario roteño y de la Bahía de Cádiz en general puesto que se espera que una buena parte de la dotación se aloje en las localidades más cercanas.

Para aprovechar esta situación, el Ayuntamiento de Rota ha puesto en marcha ya la oficina de cooperación 'Wellcome to Rota', cuyo objetivo es resolver todas las dudas que puedan tener los americanos a su llegada a España. Así, ponen a disposición de los interesados personal bilingüe que les ayudará a familiarizarse con la ciudad ya sea para resolver trámites administrativos, recomendar lugares turísticos, servicios o alquileres de viviendas. Este programa ya funciona con éxito en la Base de Ramstein de Alemania.

Mercado laboral

Pero si hay algo que esperan los roteños que traiga el Escudo Antimisiles es la creación de puestos de trabajo. Las últimas cifras del paro cifraron en 4.117 las personas desempleadas en la localidad y muchas de ellas ven en la Base una opción de futuro. Tras el anuncio del acuerdo firmado con la OTAN, la alcaldesa Eva Corrales se apresuró a decir que el protocolo traería consigo la creación de 772 puestos de trabajo indirecto, un número que desde el comité de empresa de la Base dudan de que pueda llegar a cumplirse. El mismo almirante González-Aller, aunque reconoce que este aspecto genera una gran expectativa, señala que a corto plazo no está previsto que aumenten la plantilla que actualmente ronda los 1.000 trabajadores. El almirante espera que sí se produzca un aumento de los puestos de trabajo indirectos. El escenario laboral que pintan desde el comité de empresa es bastante negro. «Aquí no tenemos la mínima previsión de creación de puestos de trabajo», aseguran fuentes sindicales. Es más, recuerdan que en los años 90, cuando hubo un incremento de un millar de militares, el número de trabajadores civiles españoles fue de 1.650, una cifra muy superior al millar que se encuentra ahora. «Desde aquello hay muchos puestos que se han ido solapando, jubilaciones que no se han cubierto, empleos que se han perdido», relatan. Desde 2011 afirman que se han destruido 80 puestos de trabajo». Mientras que al otro lado de la verja se ve como una posibilidad de negocio la residencia de los militares fuera de la Base, dentro ven cómo se escapan puestos de trabajo. «Si hay menos gente dentro se necesita a menos personal de mantenimiento, por ejemplo». Aún así no pierden la esperanza y esperan que, cuando se encuentren atracados en el puerto los cuatro buques, haya habido un aumento en el número de contrataciones.

La primera empresa que sí se ha beneficiado ya de este acuerdo es Navantia que firmó un contrato para hacerse cargo del mantenimiento de los cuatro buques destructores. El acuerdo alcanzado entre la empresa pública y el Gobierno americano tiene una vigencia de siete años y el coste podría superar los 187 millones de euros.