Adiós al cantaor Silverio Heredia

En apenas dos meses, la provincia gaditana ha perdido tres ilustres voces flamencas. Ayer, Chiclana despedía al cantaor Silverio Heredia, de 48 años, que fallecía en la madrugada del domingo a causa de una larga enfermedad. Una tragedia contra la que luchó vivamente el chiclanero. Él, y sus familiares, amigos y admiradores, que le acompañaron en su difícil batalla. Y en su adiós, celebrado en el cementerio San Juan Bautista de Chiclana en esta triste mañana de Reyes. Durante la jornada del domingo, el cuerpo de Silverio Heredia fue velado en el Mancomunado, hasta donde se acercaron numerosos rostros populares del flamenco, como la bailaora Sara Baras y los cantaores Antonio Reyes y Alonso Núñez, Rancapino. Por su parte, el alcalde de la localidad, Ernesto Marín, mostró en un comunicado su «profundo pesar y el de todo el pueblo de Chiclana» por el fallecimiento del artista.

«Estamos ante la pérdida irreparable de una de las grandes figuras del cante flamenco, de un chiclanero cuya trayectoria es un ejemplo de constancia, dedicación y amor hacia este arte universal, cuya familia hoy está de luto», manifestó el primer edil. Marín destacó la calidad humana del cantaor, «una gran persona, muy querida y admirada por todos». Prueba de ese respeto y cariño que le profesaban sus compañeros de profesión y los ciudadanos chiclaneros fue el éxito rotundo del homenaje que se le rindió el pasado mes de noviembre en el Teatro Moderno. El cartel reunido estaba a la altura de las circunstancias: Rancapino, Remedios Amaya, Juan Villar, Chiquetete, Manuel Molina, Antonio Reyes, Antonio Villar, Fernando Soto, Macarena de Jerez, Rancapino Chico, Remedios Reyes, Niño Jero Antonio Higuero, Manuel Jero, Juan Diego, Niño La Leo, José de Pura, Juan Manuel Moneo. Por lo que se refiere al baile, este evento contó con la colaboración de Farruquito y su compañía, así como la de Patricia Valdés.

Nacido en Chiclana hace 48 años, Silverio Heredia comenzó a cantar a los cinco años, en las fiestas que hacía su padre, tratante de ganado en la Cañada de Los Barrancos, cuando rubricaba algún trato. Su primera actuación tuvo lugar a los 12 años, cuando participó y ganó el primer concurso de flamenco organizado en el bar Los Bordones. En esa época, sus cantaores preferidos eran Fernanda de Utrera, Juan Talega, o Antonio Mairena, entre otros, que terminaron convirtiéndose en sus maestros.

En 1989, después de haber ganado numerosos premios a nivel provincial, se trasladó a Madrid, a la Venta El Gato, donde coincidió con el bailaor Antonio Canales. En su amplia trayectoria profesional se encuentran actuaciones en teatros como el Royal Albert Hall de Londres, con Diego El Cigala; el Hollywood Bowl, de Los Ángeles, con capacidad para 20.000 personas; la ópera de Sydney, la Ópera de El Cairo, Alejandría, Buenos Aires o en Washington, donde actuó para el expresidente Clinton en la Casa Blanca. Asimismo, ha dado clases de flamenco en Australia, Japón o EEUU, llegando a ofrecer conferencias y cursos en diecinueve universidades norteamericanas. Además, ha protagonizados giras con artistas de la talla de Javier Barón, Farruco, Manuela Carrasco, Antonio Canales, Manolete, El Güito o Merche Esmeralda.

Su muerte deja el cante jondo de la provincia un poco más mudo. Tres varapalos en apenas dos meses. En noviembre, dos días antes del citado homenaje a Silverio Heredia, moría la cantaora gaditana Mariana Cornejo. Y hace sólo una semana Jerez enterraba a uno de sus cantaores más insignes, Juan Moneo Lara, El Torta, que moría el día de Nochevieja a los 61 años de edad.