Economia

Los intereses de la deuda y la Seguridad Social elevan un 8,5% el déficit del Estado

Hasta noviembre rozaba el 4% del PIB, casi dos décimas más de lo previsto para 2013, y en todo el sector público era ya del 4,9% en octubre

MADRID. Actualizado: Guardar
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Sólo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tiene en estos momentos la clave de si finalmente España cumplirá al cierre de 2013 el objetivo presupuestario comprometido con la Unión Europea: un déficit del 6,5% en términos equivalentes del Producto Interior Bruto (PIB). Y es que aunque él viene insistiendo durante las últimas semanas en que no se rebasará esa frontera, las cuentas conocidas hasta ahora lo ponen en entredicho.

Ayer mismo, el último informe de ejecución presupuestaria elaborado por su departamento revela un dato preocupante. A falta de computar sólo diciembre -mes tradicionalmente malo para las arcas públicas al producirse mayores gastos, algunos diferidos- y en términos de contabilidad nacional, el déficit del Estado se había incrementado un 8,5% el presente ejercicio hasta los 40.606 millones de euros -3.200 millones más que hace un año-, lo que representa el 3,96% del PIB, casi dos décimas más que el 3,8% previsto.

El descuadre no resulta baladí si tenemos en cuenta que los recursos no financieros -es decir, los ingresos comunes- aumentaron un 6,1% en ese período hasta los 111.099 millones de euros, merced a las fuertes subidas de impuestos. El problema es que los empleos -los gastos- subieron claramente por encima, un 6,8% más hasta los 151.705 millones. ¿El motivo? Pues fundamentalmente el avance de una parte de los intereses de la deuda -que crecieron un 15% hasta los 26.005 millones- y las mayores transferencias a la Seguridad Social, que ha recibido del Estado 5.505 millones más que en 2012, incluidos 10.221 millones para las pensiones (un 5,7% más).

Resultado engañoso

Precisamente gracias a ese anticipo -en total, sus arcas recibieron 15.269 millones del Estado hasta noviembre, 6.416 millones más que hace un año y ya el 98,3% de todo lo presupuestado para 2013-, la Seguridad Social registró un saldo positivo de 943 millones.

No obstante, se trata de un resultado engañoso, pues ese superávit fue insuficiente para pagar las pensiones -debido a la caída de cotizaciones por el incremento continuado de la destrucción de empleo-. De hecho, en los últimos meses tuvo que recurrir en varias ocasiones al Fondo de Reserva de la Seguridad Social -la llamada 'hucha'- para abonar la nomina mensual de esas prestaciones, que asciende a 7.900 millones de euros.

No fueron, en cualquier caso, los únicos puntos por los que parecen 'romperse las costuras' de las cuentas públicas respecto a la previsión de déficit. Por ejemplo, dentro del capítulo de otros ingresos, Hacienda reconoce un ajuste «negativo» de 5.027 millones de euros en concepto de «recaudación incierta», es decir, por unas previsiones de recursos no detalladas que finalmente no se han podido cumplir.

Esos mayores gastos de la administración estatal hasta noviembre sólo fueron aminorados, en parte, por el descenso del 4,5% en su inversión pública (3.895 millones en total, donde sólo ADIF recibió más dinero para el mantenimiento de la red ferroviaria convencional) y del 2,6% en la remuneración de sus asalariados (16.747 millones de euros).

El Estado recibe menos

Mirando a los ingresos, y más allá de la mencionada caída en las cotizaciones sociales (un 1,8% menos que en 2012, para un total de 8.922 millones), destaca el severo recorte del 74,1% en las transferencias procedentes de otras administraciones. Por el contrario, las rentas procedentes de la propiedad (dividendos, intereses, etc.) subieron un 85%.

En materia impositiva, hay que acudir a la contabilidad de caja (que recoge las operaciones cuando se producen de forma efectiva) para ver con más detalle su marcha. Así, las mayores subidas recaudatorias se registraron en algunos tributos especiales, como los carburantes (un 15,7% más) pese al descenso del consumo, aunque hubo descensos en el alcohol y el tabaco. La última subida del IVA aún dejaba un saldo positivo, con un incremento del 5,1% en el año, mientras que en los impuestos de la renta y de sociedades se arrastraban caídas del 1% y el 11,2%, respectivamente.

Respecto al conjunto de las administraciones, el saldo hasta octubre -también conocido ayer- era de un déficit de 45.158 millones de euros, un 4,87% del PIB y casi el mismo nivel que en septiembre. Montoro está confiado porque las comunidades no superaban su límite negativo para 2013 (el 1% del PIB, 10.200 millones) y las corporaciones locales duplicaban su superávit (0,40% del PIB). El problema es que en los finales de año el gasto siempre se dispara.