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Una amante irrumpe en el juicio de Bo Xilai

El exdirigente chino asegura en el juicio que fue el adulterio lo que llevó a su mujer a huir a Reino Unido con el dinero ilegal de ambos

ZHANGJIAJIE. Actualizado: Guardar
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No podía ser de otra forma: Bo Xilai tenía una amante. Y esa fue la razón por la que su mujer, Gu Kailai, en un arrebato de furia decidió marcharse al Reino Unido con el hijo de ambos, Bo Guagua, y la causa por la que el exsecretario del Partido Comunista de China en la ciudad de Chongqing no estuvo al corriente de los desmanes que cometió Gu con el dinero que recibió de forma ilegal.

Es lo que aseguró el propio Bo ayer, durante la tercera jornada del juicio más importante que se ha celebrado en el país desde que se sentenció a 'la banda de los cuatro', y en el que se defiende de los cargos de soborno, corrupción y abuso de poder.

Al parecer, la mujer que provocó la ruptura, que se ha hecho evidente durante el juicio, es una joven veinteañera llamada Li. Y, a juzgar por las propias investigaciones del PCCh, no debió de ser la única. «Gu estaba enfadada conmigo por el adulterio», reconoció Bo. Sin duda, puede parecer un detalle propio de un mal culebrón, pero es la piedra angular de la defensa del exdirigente chino, que ayer acusó a su mujer de ser la que malversó los 5 millones de yuanes (625.000 euros) de fondos públicos destinados a un edificio público de la ciudad de Dalian, en la que mantuvo la relación extramatrimonial con Li y donde él fue alcalde en la década de 1990.

Este cargo se basa, entre otros, en el testimonio de un testigo que asegura haber escuchado una conversación telefónica en la que Bo reconocía desviar el dinero del proyecto para mantener a su esposa. «Ni el corrupto más estúpido cometería un error así», respondió Bo ayer, antes de asegurar que siempre fue muy cauteloso con el móvil, algo que han corroborado incluso occidentales que tuvieron algún contacto con él. Eso sí, esta vez Bo no negó tener parte de culpa en este caso. «Cometí serios errores y fui indulgente», reconoció, porque sí que vio cómo el dinero llegaba a una cuenta de Gu. «Estoy dispuesto a aceptar mi responsabilidad por ello, un episodio del que me siento avergonzado».

El juicio continuó con un cara a cara entre Bo Xilai y Wang Lijun, el jefe de Policía que, al sentirse en peligro porque gente cercana a él «había desaparecido», buscó refugio en un Consulado de Estados Unidos e hizo público el caso. Ante la sorpresa de quienes consideraban que el proceso duraría dos días, hoy entrará en su cuarta jornada.