Un hombre llora junto al cuerpo de un familiar fallecido. :: M. SHAMY / REUTERS
MUNDO

«Vuestros muertos son comida para nuestros perros»

Los islamistas denuncian que las Fuerzas Armadas asaltaron la mezquita Al-Fatah e impidieron sacar los cadáveres de las víctimas de la represión

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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El doctor Ahmed Kamal camina perdido entre la muchedumbre que se concentra frente a la mezquita Al-Fatah de la plaza Naser de El Cairo. Le acompaña su esposa, a la que solo se le ven unos pequeños ojos llorosos entre la tela negra que tapa su cuerpo de la cabeza a los pies. La pareja viene directa de la mezquita Al-Imam de Ciudad Naser, el templo que se convirtió en la morgue improvisada para albergar los cuerpos de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi caídos el miércoles.

«Fui el último en salir. Llegaron las fuerzas de seguridad pasada la media noche y nos obligaron a dejar allí los cuerpos carbonizados que nadie pudo reconocer. Nos dijeron que sería comida para sus perros y nos obligaron a salir sin darnos más explicaciones», recuerda con impotencia mientras desde los altavoces resuenan las palabras de Salah Sultán, uno de los líderes de la Hermandad en búsqueda y captura que tras 48 horas desaparecido volvió a la luz pública para dirigir la oración del 'viernes de la ira'. Otros muchos siguen en la lista de desaparecidos y nadie conoce su paradero tras el desalojo de Rabaa al-Adawiya, la plaza donde encontraron refugio los islamistas tras la caída de Mursi.

El doctor Kamal asegura que en las últimas horas quedaban 150 cuerpos en la mezquita Al-Imam, de ellos 15 imposibles de reconocer que fueron los que quedaron en manos de las fuerzas de seguridad. El resto se los llevaron las familias. Estos cadáveres no han pasado por los hospitales de El Cairo y las autoridades no han certificado su muerte, este es el motivo por el que los islamistas sostienen que la cifra de muertos tras el asalto del miércoles es mucho mayor que la de 600 que admite el Gobierno provisional.

«Nos han tratado peor que a animales, inhumano desde cualquier punto de vista, no tengo palabras para definir el tipo de heridas que he visto en los cuerpos y el trato que les han dado», denuncia indignado antes de perderse entre la masa instantes antes de que estallaran unos choques que se alargaron durante toda la jornada y dejaron, según la Hermandad, al menos 50 muertos sólo en este punto de El Cairo.

El baño de sangre no para en el país árabe y la Cofradía, según el anuncio de su portavoz Gehad el-Haddad vía Twitter «empieza la 'Semana de la Ira' para hacer caer el golpe y habrá manifestaciones pacíficas diarias en todas las provincias de Egipto». Como gesto de buena voluntad, la Hermandad dio por concluida de forma oficial el 'viernes de la ira' tras el rezo musulmán del Isha, una hora después de la entrada en vigor del toque de queda decretado por las autoridades interinas en medio país. A cada matanza le sigue la identificación de cadáveres y los funerales, un círculo macabro en el que se ha metido Egipto y al que no se le ve salida a corto plazo.