Lichis, Albert Pla, Tomasito, Muchachito y Canijo forman La pandilla voladora. :: L. V.
Muchachito, La pandilla voladora Músico

«Lo mejor que sabemos hacer es llevar la alegría a los sitios»

La banda más gamberra del momento deja esta noche su nave en Chiclana para ofrecer un espectáculo de música tan surrealista como divertido

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A Capitán Escombro, el Hijoputa Men e Increíble Aguacero es imposible hacerle una entrevista juntos. Básicamente, porque el periodista no saca nada en claro de la disparatada charla. Detrás de estos títulos están algunos miembros de La pandilla voladora, la banda más gamberra, que esta noche sale al rescate en Chiclana. Con antifaces, capas y muy poca vergüenza se presenta el grupo formado por músicos amigos: Tomasito, Alberto Pla, Muchachito Bombo Infierno; Canijo, exlíder de los Delinqüentes, y Lichis, de La Cabra Mecánica. Casi nada. Por eso de que juntarlos para charlar resulta difícil, hablamos con Jairo Perera (Muchachito), según él mismo dice, el más serio de esta divertida colección de antihéroes.

-Menudos músicos se han juntado en La pandilla voladora, aunque ya experimentaron con el G5.

-Esta historia es diferente al G5, lo que tienen en común es que las dos son muy gamberras. Lo que pasa es que este proyecto está más enfocado a los temas propios de cada uno, en juntarnos y divertirnos. Somos fans unos de otros y nos pareció divertido tocar canciones de los otros, aunque eso entraña una dificultad, hacerlo lo más fiel posible a como lo hace tu compadre. Dentro de todo el cachondeo, que es muy surrealista, también estamos aprendiendo mucho.

-¿Cómo se reparten los temas, el autor de la canción se queda fuera?

-Participamos todos, uno se arranca por la canción de otro y es muy gracioso. Nos complementamos muy bien, a mí me recuerda a las bandas de los 70, pero con mucho mucho gamberrismo y mucho surrealismo. Creo que es más fácil entrevistarnos por separado que todos juntos porque si no no se saca nada en claro.

-El secreto para que salga bien es la confianza y la admiración...

-Una cosa es tocar las canciones y otra es el funcionamiento de la banda. Nos tenemos que amoldar los unos a los otros, porque estamos acostumbrados a hacer las cosas cada uno a su manera. Tenemos claro que hay que aportar mucho cariño y admiración y conseguir reirnos mucho. La pandilla voladora viene de los piratas del caribe del mil setecientos y pico, que se llamaban así antes de llamarse la hermandad de la costa, cuando los piratas no entendían de nacionalidades. Eran gente adelantada a su época, ellos inventaron las pagas por invalidez, los adelantos, vamos, todo los que nos están quitando. Históricamente los piratas tienen cosas muy buenos, eran mucho más modernos que las personas de ahora.

-Pensé que, así vestidos, venían a rescatar a esta sociedad tan triste.

-Ojalá pudiéramos rescatar más. El humor es muy importante, nos reímos de nosotros mismos. A veces pienso, ¡madre mía lo que me están proponiendo mis amigos, con los pantalones bajaos, yo que nunca enseño los calzoncillos y soy más serio! Pero bueno, lo haces y te ríes un poco de ti mismo. Se trata de hacer una gira con amigos, reírte y hacer lo que más nos gusta y sabemos que es llevar la alegría a los sitios.

-¿En los directos también van con disfraz?

-Peor, porque los trajes se van transformando a medida que hacemos conciertos. Es una risa constante, da mucha alegría, pero también tiene mucho trabajo ¿eh? Hemos hecho una 'jartá' de ensayos, yo nunca he hecho tantos. Esta historia no tiene más pretensión que dar una vuelta y ofrecer nuestro trabajo.

-¿Tienen roles los miembros de la pandilla?

-Cada uno aporta lo suyo. Alberto imprime siempre un concepto teatral, Tomás es espectáculo, electricidad. Lichi es un gran productor, además de letrista, y Canijo es rock & roll. Creo que por desgracia soy el serio. En los ensayos soy el más pesado, el que quiere todo el tiempo que la banda esté junta.

- A estos músicos y amigos si que estará encantado de haberlos conocido, ¿no?

-A estos sí (risas). A veces digo que para qué me he metido en este embolao, pero después es un alegría estar en la carretera con amigos. A los que vivimos de la música es una cuestión de necesidad, aunque sea de una manera cafre, siempre mejor estar con los amigos.

-Lo han tildado como un supergrupo y no sólo por el número de miembros.

-Bueno, eso es por la capa y el antifaz. Somos una colección de antihéroes.

-A veces son necesarios los antihéroes.

-Los monstruos no son los más malos a veces, hay algunas princesas...

-El único tema que han grabado ya resume su filosofía. ¿ 'Del deporte también se sale'?

-La broma está siempre y de eso tienen mucha culpa los de Jerez. No íbamos a hacer temas, pero se nos ocurrió y lo grabamos muy rápido, aunque fue un poco loco. La canción no tiene más explicación que la literal. Ahora llega el verano y todo el mundo en los gimnasios... Es un tema actual y no algo escabroso, por eso lo decidimos grabar. Está bien el deporte, pero también descansar y no hacer nada. La canción resume nuestro surrealismo. Ahora estamos pensando grabar 'De la petanca no se vive'. Todo lo que hacemos es un desmadre.

-¿Y Muchachito en solitario? ¿Cuál es su próximo proyecto?

-Tenía ganas de soltar el bombo y cambiar de aires. Los que hacemos canciones necesitamos mirarnos dentro y salir de la rutina. Tengo la suerte de que en mis viajes y búsqueda me acompañan Dieguito de Jerez y Santos. Vamos a hacer las canciones a medida de que recorremos ciudades y después la grabaremos en acústico, en un concierto lo más rockero y primitivo posible.