La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo (primera por la izquierda) logró su foto con Rajoy. :: A. MONTILLA
ESPAÑA

El Príncipe pide a Rajoy que potencie inversiones que creen empleo como el AVE

La Policía carga contra un grupo de manifestantes que protestaba contra la Corona y la política de recortes del Gobierno

MADRID / ALICANTE. Actualizado: Guardar
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La inauguración de la nueva conexión de alta velocidad entre Madrid y Alicante tuvo una variante político-judicial poco usual en este tipo de actos. El Príncipe de Asturias, en pleno debate sobre austeridad o políticas de crecimiento, animó ayer a Mariano Rajoy a decantarse por la segunda vía. Don Felipe pidió al presidente del Gobierno que, en la medida de lo posible, continúe desarrollando infraestructuras, como la alta velocidad ferroviaria, que «fomenten la creación de puestos de trabajo y ayude a mejorar la competitividad de la economía».

Rajoy, que intervino primero que el heredero a la Corona española, adelantó que uno de los objetivos de su Gobierno, a pesar de las dificultades presupuestarias, «es impulsar inversiones que realmente sean productivas». Y, a su juicio, los nuevos 165 kilómetros de línea de alta velocidad lo son, pese a que formaciones como IU o UPyD hayan criticado que con esta inversión de 1.920 millones de euros solo se logra reducir en 50 minutos (en diciembre serán 85 minutos) el tiempo que tardan los actuales trenes Alvia que cubren la línea Madrid-Alicante. Rajoy defendió que si España es una potencia global en alta velocidad «es porque el AVE ha contribuido a fortalecer la cohesión social y territorial» del país.

El presidente del Gobierno, a su pesar, tuvo que luchar con otro imponderable: la presencia en este acto de la alcaldesa de Alicante, la popular Sonia Castedo, que está imputada en el denominado 'caso Brugal', que investiga supuestas irregularidades en la tramitación y aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante.

Castedo, que no fue invitada por los organizadores a dar la bienvenida a la comitiva como anfitriona, intentó por todos los medios fotografiarse junto al líder de su partido. Lo logró, dando incluso algún empujón que otro, casi al final, cuando Rajoy se dirigía con el resto de autoridades presentes a tomar el AVE de regreso a Madrid. Fracasó en su intento de conversar con la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que se subió al convoy inaugural en Albacete, una de las paradas de esta nueva línea.

Castedo sí cruzó bastantes más palabras con Alberto Fabra, presidente de la Generalitat valenciana, que ha prescindido tanto en la dirección regional del partido como en el Ejecutivo de todos los cargos públicos imputado pero que, sin embargo, mantiene su apoyo a la alcaldesa de Alicante y al de Castellón, el también popular Alfonso Bataller, imputados en casos de corrupción.

Incidentes

La comitiva tenía previsto, según el programa oficial, permanecer durante una hora en la estación de Alicante, pero una ruidosa protesta en las afueras del recinto precipitó el final. De hecho, durante los turnos de palabra de don Felipe, Rajoy y Fabra se oyeron de fondo los gritos de medio millar de manifestantes que al grito de «menos Monarquía y más cercanías», protestaban contra la institución monárquica, la puesta en marcha de esta infraestructura y contra la política económica del Gobierno.

La concentración comenzó de forma pacífica, pero nada más oírse por megafonía las primeras palabras de los intervinientes, algunos manifestantes tiraron petardos que se escucharon con fuerza en el interior del recinto. Cuando la comitiva de altos cargos se disponía a abandonar la terminal del AVE, otro grupo de jóvenes manifestantes ha tratado de impedir la salida de los coches oficiales, alguno de ellos recibió el impacto de pequeñas piedras y botes de refrescos. En ese instante, la Policía cargó contra ellos con sus porras. Uno de los agentes resultó herido leve, según fuentes oficiales.