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A Videla tampoco le quieren en su pueblo

Los habitantes de Mercedes no ven con buenos ojos que el exdictador comparta cementerio con víctimas de su régimen

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Los restos del exdictador argentino Jorge Rafael Videla, fallecido el viernes 17 en prisión, podrían ser trasladados al cementerio municipal de Mercedes, su pueblo natal. Aunque difícilmente podrán descansar en paz, porque en esa localidad de la provincia de Buenos Aires, de apenas 70.000 habitantes, también hubo víctimas de la represión, y la mayoría de ellas están enterradas en el único campo santo de la ciudad.

El exhombre fuerte de la dictadura argentina, falleció el viernes a los 87 años a causa de un paro cardíaco. Condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, el anciano se había caído en la ducha del penal de Marcos Paz cinco días antes, y se había fracturado el pubis y una costilla. Como tomaba medicación anticoagulante, sufrió una hemorragia interna que derivó en un paro cardiaco, según se recogió en la autopsia. El juez a cargo de la investigación no autorizó la cremación solicitada por sus familiares, a la espera de nuevas pericias. No obstante, dispuso la entrega del cadáver para su inhumación. En este sentido, el abogado de la familia, Adolfo Casabal Elía, explicó que «la idea, en principio, es enterrarlo en Mercedes porque nació allí, pero todavía no está definido».

Nada más conocer las intenciones de los Videla, los vecinos se han puesto en guardia. En la entrada del cementerio, cuelgan carteles con los nombres e historias de las 22 víctimas de la dictadura en Mercedes. Allí descansan, entre otros, los restos de los tres sacerdotes de la orden de los palotinos asesinados en 1976 en su parroquia de la ciudad de Buenos Aires.

«No nos simpatiza»

«La idea no nos simpatiza», admitió el secretario de Derechos Humanos de Mercedes, Marcelo Melo. Pero «tampoco podemos prohibir que traigan el cuerpo al cementerio porque la familia tiene allí bóvedas privadas», anticipó. Entre los más afectados por la decisión, las opiniones estaban repartidas. «Hay que dejar que lo entierren acá», desafió Diana Manos, de familiares de desaparecidos y asesinados de Mercedes. «No podemos negarle lo que él nos negó a muchos», señaló. Otros prefieren que el cuerpo busque otro destino y llamaron a realizar hoy una marcha de repudio en su contra en el centro de la ciudad.