Diego Martínez Santos, el joven gallego que acaba de ser galardonado por la Sociedad Europea de Física. :: R. C.
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Descartado por buen físico

La Secretaría de Estado de Investigación deniega a un joven una beca para volver a España el día que lo premian como el mejor de Europa

MADRID. Actualizado: Guardar
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Reconocidos en el extranjero, ignorados en su propio país. Ese es el destino de centenares de científicos españoles que han tenido que salir al exterior para poder ejercer su vocación. Y dentro del drama, algunos de esos casos, como el de Diego Martínez Santos, son especialmente sangrantes. Este gallego, nacido en 1983, acaba de ser reconocido por la Sociedad Europea de Física (EPS) con el prestigioso premio bianual al mejor joven físico experimental de Europa por su participación en el experimento LHCb del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Allí analizó las desintegraciones de una partícula, el mesón B o partícula de la extraña belleza, en una investigación que describe las interacciones entre las partículas elementales.

Pero ni siquiera este importante galardón le ha abierto a Martínez las puertas para retornar a España. Según él mismo explica en 'La Voz de Galicia', el 6 de mayo, el mismo día en que conoció la noticia del premio, la Secretaría de Estado de Investigación, dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, hizo pública la lista de los 175 candidatos que podrán regresar a España a través del programa Ramón y Cajal. Él la había solicitado, pero no estaba entre los seleccionados, una manera de decir que el currículo de este investigador, que tiene un contrato de tres años en el Instituto de Física de Partículas de Holanda, el Nikhef, no es lo suficientemente bueno para España.

El delegado en España del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), Carlos Pajares, no entiende esta decisión. «La comisión que lo evaluó o bien no miró bien su currículo o, a lo mejor, quiso dar preferencia a otros investigadores de más edad para los que esta era su última oportunidad de acceder a una Ramón y Cajal, pero lo que no es comprensible es que se diga que está por debajo de la media», afirma Pajares.

Mientras tanto, y pese a todas las dificultades, Diego Martínez asegura que seguirá intentando regresar. «No, no me veo viviendo toda mi vida ni en Holanda ni en Ginebra. Me gustaría volver a Santiago de Compostela, y si no, a otro lugar de España, o incluso a Italia, un país menos frío», afirma.