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Cuestión de Estado

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Me ilusiono fácilmente, a qué negarlo, en cuanto veo un discurso bien articulado y cualquier atisbo de prosperidad y bonanza, me doy por entero. La plataforma logística ha logrado sacarme del aburrimiento que me provocan la mayoría de las noticias. Cansada de mangantes, chorizos y yernísimos, la alcaldesa logra esperanzarme con este proyecto para posicionar a la provincia, y a Cádiz, aprovechando su ubicación estratégica como puerto y puerta de continentes. Sé que esta propuesta ya se sacó a la palestra hace años por el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. También sé de la dificultad que conlleva modificar la fisonomía de las infraestructuras terrestres de este territorio, pero aún así he de confesar que me siento francamente encandilada con la idea. Es obvio que El Bicentenario, más allá de episodios puntuales como la Cumbre, no ha reportado cuanto se esperó, o al menos se prometió, por eso quizá sea esta la oportunidad de rentabilizar cuanto se hizo y sobre todo de dimensionar económica y comercialmente todas esas relaciones culturales y políticas entabladas. Posiblemente, también, sea ésta la causa y el pretexto para que de una vez por todas Las Aletas se convierta en ese espacio industrial y tecnológico que muchos ambicionamos. Confío de igual manera, que la plataforma dé la oportunidad de vertebrar las comunicaciones ferroviarias de un modo real y efectivo, acompañado claro está de un desarrollo y posicionamiento de los puertos de Algeciras y Cádiz. En definitiva, esta podría ser una ocasión crucial para Cádiz, a la que no sólo se puede concurrir con buena voluntad, ni sólo con fotos de encuentros entre las principales fuerzas políticas. Esta plataforma logística debería provocar un pacto real. Es momento de desterrar atavismos y aprender del ejemplo de los yanquis, donde demócratas y republicanos no tienen miedo alguno a llegar a acuerdos conjuntamente para aunar voluntades, dejando al margen cualquier significación política. Como les decía, quizá sea un tanto ilusa y crea que se puede alcanzar ese pacto preciso para que, y entre otras cuestiones, este proyecto alcance la consideración de cuestión de Estado, esa misma que no se logró para el Bicentenario.