Más de 500 fugados de la justicia, cazados en la frontera de Algeciras

La frontera marítima de Algeciras es algo más que la entrada o la salida de un país. Por las instalaciones del puerto algecireño pasan a diario personas que llegan o se despiden de un continente (Europa) para viajar hacia África. De ahí que sea un paso habitual para quien trata de escapar de la Justicia y busca refugio en países del norte de África, donde la colaboración policial en esta materia no es tan fluida ni estrecha como ocurre con las autoridades policiales de los países miembros de la UE.

Desde la Comisaría de Algeciras realizaban ayer balance en este tipo de actuaciones, aportando una cifra nada desdeñable. A lo largo de 2012, los funcionarios adscritos al puesto fronterizo detuvieron a 521 personas que se encontraban reclamadas por autoridades judiciales nacionales. A esta cifra hay que sumar otras 26 personas más, a las que les constaban órdenes de búsqueda internacional, las cuales después de ser identificadas y arrestadas, fueron extraditadas a los países que las reclamaban para su procesamiento.

De esas 547 personas apresadas a lo largo de 2012, 39 de ellas, según el balance realizado por la Comisaría algecireña, fueron sorprendidas cuando trataban de salir del país quebrantando condenas y medidas cautelares impuestas por los juzgados, principalmente por asuntos relacionados con la violencia de género.

En lo que al tráfico de sustancias estupefacientes se refiere, fueron 93 las personas detenidas por la Policía Nacional cuando intentaban introducir en territorio nacional sustancias ilegales desde Tánger. A este recuento hay que sumarle las actuaciones que realiza la Guardia Civil que lidera las aprehensiones de pequeñas cantidades de hachís a culeros. Una actividad que ha crecido empujada por la crisis, como vienen advirtiendo desde el Instituto Armado.

El balance de la Policía Nacional subraya también cómo a lo largo de 2012, los agentes han derivado a las autoridades competentes a «más de 500 menores» que se encontraban en situación de «desamparo». Muchos de los cuales son menores inmigrantes que entran en el país solos.