Silvio Berlusconi habla en la RAI 1, con las imágenes de Merkel y Monti de fondo. :: FILIPPO MONTEFORTE / AFP
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Italia espera que Monti acuda a las urnas al frente de un bloque de centro

Se da por hecho que, después de dimitir este fin de semana, el primer ministro técnico anunciará su entrada en política

ROMA. Actualizado: Guardar
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Si no hay sorpresas, lo que en Italia es mucho decir, hoy a las seis y media de la tarde la Cámara de Diputados comenzará la sesión final de voto de los Presupuestos, el último trámite que espera el primer ministro, Mario Monti, para presentar su dimisión. Lo hará probablemente mañana sábado, luego se disolverá el Parlamento y se convocarán elecciones generales, casi seguro para el 24 de febrero. Monti entonces será libre de anunciar por fin si se presenta o no a los comicios, y cómo. Se espera que sea el domingo. Es la pieza que falta para que automáticamente se componga de una vez el rompecabezas político. Nadie duda ya en Italia, todos los medios coinciden, en que Monti será candidato a primer ministro de una nueva coalición de centro, porque ni por un minuto habrá considerado la sibilina invitación de Berlusconi a sucederle. Pero hay que esperar a que lo diga, porque le está dando muchas vueltas.

Todo apunta a que el primer ministro, llegado al cargo como técnico provisional en noviembre de 2011 para sacar a Italia de la emergencia económica, será líder de este bloque centrista pero sin figurar en las papeletas, pues ya es senador vitalicio. No se manchará los pantalones en los mítines y la campaña pura y dura, ni perderá el tiempo en responder a las tonterías de Berlusconi, de eso se encargarán sus socios. Sobrevolará por los platós de televisión explicando con calma sus recetas económicas y dará su apoyo desde el aire, para no perder su aureola sobrenatural. Insistirá en la necesidad de continuar el plan de reformas trabajosamente emprendido este año, para no arrojarlo por la borda.

El Vaticano, socio oculto

Su alianza estaría compuesta por dos fuerzas políticas, la UDC democristiana de Pierferdinando Casini y Futuro y Libertad (FLI) de Gianfranco Fini, ambos antiguos aliados de Berlusconi caídos por el camino, y el movimiento del presidente de Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo, que tiene un carácter más civil, con empresarios, intelectuales y activistas católicos. Hay un socio oculto más, el Vaticano, que ha abandonado a 'Il Cavaliere' tras sus juergas con prostitutas, aunque le ha costado una década, y no se puede descartar que en medio del caos y los nervios por perder la poltrona se suba a este caballo una tropa de disidentes de Berlusconi. El baile empezará nada más que se aclare el panorama.

Esta coalición de Monti aspiraría a ser un nuevo centroderecha decente, católico y liberal que sustituya al de 'Il Cavaliere', pero ni sueñan con conseguirlo. Los sondeos les dan un 15% de los votos, aunque subirían varios puntos con Monti. Pero sería suficiente para convertirse en fuerza decisiva en caso de que el Partido Demócrata (PD) de centroizquierda de Pierluigi Bersani, favorito en las encuestas, no consiga la mayoría absoluta. Que es muy posible. De ese modo, Bersani debería pactar con Monti, que tendría mano en el nuevo Ejecutivo. Ambos se llevan bien y formarían un dúo respetado en Europa.