CÁDIZ

«Aquí tienes para cuatro horas»

Los pacientes están resignados a las largas esperas en Urgencias

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Era una mañana tranquila, de las pocas que hay en un hospital de referencia en la provincia como el Puerta del Mar. Ni escándalo de sirenas de ambulancias, ni grandes colas en el acceso a Urgencias. En la sala de espera, solo quince personas aguardando con sus familiares a que un médico los asistiera. Ni siquiera había conversaciones cruzadas, ni voces fuera de tono mientras pasaban los minutos. Los pacientes con peor cara, alguna con muy mal color, aguantaban la espera en sillas de ruedas medio desfallecidos. Una mujer con uniforme de trabajo se encontraba especialmente mal. Apoyaba la cabeza en el brazo de su marido y no podía abrir los ojos. Otros, con vías puestas, después de una prueba diagnóstica, aguardaban el diagnóstico médico charlando con la compañera de silla. Un padre explicaba a su hija que el médico le había dicho que prefería ingresarlo para asegurarse «de qué es exactamente lo que tengo. Me pondrán tratamiento y lo ajustarán a lo que necesito. Pero, no te preocupes, aquí por lo menos sabrán lo que es. No me va a pasar como a mi hermano, ¿no?». Su hija se agarraba a su propio jersey con un fuerte pellizco hasta que sus dedos se ponían blancos. El padre no se daba cuenta porque no apartaba la mirada de los ojos de ella, buscando un apoyo.

Todo esto ocurría la mañana del miércoles pasado en el servicio de Urgencias del Puerta del Mar. Era una mañana tranquila. Los enfermos y sus familiares llevaban de media unas tres o cuatro horas esperando a que les dieran un diagnóstico. Algunos más de una hora para conseguir la primera toma de contacto con un facultativo. Pero ninguno protestaba. Todo parecía normal. «¿Y cuánto tiempo tengo que esperar aquí?», preguntó la falsa paciente, «es que tengo que volver a trabajar y después tengo que recoger a las niñas...». «No te preocupes, hija. Aquí tienes que echar paciencia porque tienes para cuatro horas. Ahora sí, te vas con todas las pruebas hechas y más tranquila. A mí, las primeras veces que vine, no me daban con lo que tenía, porque llevaba la tensión muy, muy alta y no sabían de qué. Pero ahora, me han dado con el truco y me atienden enseguida». La señora llevaba en Urgencias desde las diez y decía esto a la una y media de la tarde. Era una mañana muy tranquila.