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El autobusero sonriente

Nicolás Maduro Vicepresidente y ministro de Exteriores

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Más claro imposible. El trabajador, disciplinado, fiel canciller y vicepresidente Nicolás Maduro fue coronado como sucesor de Hugo Chávez en una emotiva declaración publica del fundador del chavismo. Es el penúltimo escalón del vertiginoso ascenso del conductor de autobús que sin pasar por la universidad podría ser presidente de Venezuela si la muerte, o la enfermedad inhabilitan al recientemente reelecto mandatario a completar el mandato que debería asumir el 10 de enero y terminar en 2019. Se trata de «uno de los lideres jóvenes de mayor capacidad para continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, los destinos de esta patria», subrayó Chávez.

«Nicolás Maduro, un revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran experiencia a pesar de su juventud, de una gran dedicación al trabajo, una gran capacidad para el trabajo, para la conducción de grupos, para manejar las situaciones más difíciles, lo hemos visto», agregó el líder bolivariano. Unos elogios para el colofón de una carrera política que Maduro, nacido en Caracas en Nacido en 1962, empezó desde muy joven en las filas de la izquierda sindical y como militante de La Liga Socialista. El 4 de febrero de 1992 tenia 30 años. No conocía a Chávez, que ese día dejó de ser un desconocido teniente de paracaidistas liderando una fallida asonada militar contra el presidente Carlos Andrés Pérez.

Chávez admitió la derrota con un «no pudimos.por ahora». Y fue condenado a prisión. Una de sus abogadas defensoras fue Cilia Flores, hoy Procuradora general. Maduro, que era directivo del Sindicato de Trabajadores del Metro de Caracas, era de las personas que lo visitaban en la prisión. Así conoció a Cilia y se hicieron pareja. Se dice que Maduro recibió formación política en Cuba, donde «es bien visto» por el Gobierno castrista, pese a ser considerado del ala moderada del chavismo.

El sucesor de Chávez, integró el MBR200, embrión del Movimiento V República (MVR), que apoyaría al militar golpista en las elecciones de 1998. Como dirigente nacional se ganó la confianza de Chávez. Sus compañeros de partido lo definen como «hombre trabajador» que «cree en los aparatos» de partido. El dirigente entonces quedó en la dirección nacional del MVR y se ganó la confianza de Hugo Chávez. Y empezó su vertiginoso ascenso. En 2005 se produjo su despegue a las alturas. Fue designado presidente de la Asamblea Nacional, cargo para el que fue reelecto un año después. Y en agosto del 2006 asumió la Cancillería que sigue desempeñando pese a que el 10 de octubre pasado fue nombrado vicepresidente.