Un grupo de azafatas posa frente al Gran Palacio del Pueblo, minutos antes del inicio del congreso del PCCh. :: DIEGO AZUBEL / EFE
MUNDO

Hu Jintao dicta la hoja de ruta de China

La lucha contra la corrupción, la estabilidad social y el crecimiento, claves de un sistema cada vez más capitalista

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Armonía, mucha armonía. Y estabilidad, desarrollo científico, crecimiento económico, y, cómo no, socialismo con características chinas. Hu Jintao quiere que el gigante asiático consiga todo eso en la próxima década, en la que ya no gobernará él. Además, China tendrá que luchar con ahínco contra la corrupción porque, de lo contrario, podría provocar «el colapso del Partido y la caída del Estado». El presidente de China decidió ayer no leer algunas de las páginas de su discurso, ya que los más de 2.200 delegados lo tenían impreso, pero ese cambio no le movió ni un ápice del guion previsto para la inauguración del XVIII Congreso del Partido Comunista de China (PCCh). Dedicó 101 minutos a decir que, en definitiva, nada va a cambiar con el relevo en la cúpula del poder chino. Prueba de ello es la relevancia que tuvo Jiang Zemin, predecesor de Hu, que apareció en multitud de planos en televisión y se sentó entre los actuales presidente y primer ministro.

Pero la profunda transformación que ha convertido a China en la segunda potencia mundial continuará. Sin estridencias, el Partido necesita dar respuesta a graves problemas que podrían echar por tierra el milagro económico del siglo XXI. Hu mencionó algunos de los más evidentes, pero no propuso medidas concretas para solucionarlos. La reforma sanitaria, el deterioro del medio ambiente, la burbuja inmobiliaria y la seguridad alimentaria tuvieron cabida en un discurso trufado de eufemismos como el de la 'democracia consultiva'. El presidente chino prometió «reformas en la estructura política», pero tampoco elaboró la idea. No importó. Un mar de corbatas rojas y de uniformes verdes aplaudía cada párrafo.

Lo importante es darle a China un nuevo rumbo en estos tiempos de turbulencia económica, y solo el Partido es capaz de conseguirlo. «Necesitamos entender la naturaleza del cambio y las condiciones de este período, aprovechar todas las oportunidades, tomar la iniciativa para tener ventaja en el futuro y crear así una sociedad moderadamente próspera para 2020», arengó Hu. «Nuestro objetivo general es lograr la modernización socialista y la gran renovación de la nación china».

Crecimiento económico

Para alcanzar esa meta, el presidente chino considera que solo hay un camino: mantener el crecimiento económico. «El principal problema que nos encontramos a la hora de llevar a cabo una reforma estructural de la economía es conseguir el equilibrio entre los roles que juegan el Gobierno y el mercado. Debemos guiarnos más por las reglas del mercado y mejorar la actuación del Gobierno», reconoció el mandatario comunista. Solo así se conseguirá la dinamización económica necesaria para que China deje de ser un país dependiente de las exportaciones y de la inversión extranjera, y construya con el consumo un pilar económico sólido y menos expuesto a las turbulencias globales. «Nuestra estrategia tiene que incentivar el consumo, y expandir el mercado interno», apostilló Hu.

Pero un país fuerte también necesita un Ejército acorde. Por eso, China continuará invirtiendo cada vez más en el sector militar. «Tenemos que dar gran importancia a la defensa de la Marina, del sector espacial y del ciberespacio. Debemos planificar activamente el uso de nuestras fuerzas en tiempos de paz e intensificar y expandir nuestra capacidad de respuesta». En cualquier caso, Hu tiene muy claro que la tarea más importante de los uniformados chinos es «ganar la guerra local en la era de la información».