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La ONU pide cuentas a EE UU por miles de asesinatos con aviones sin piloto

El relator especial dice que las operaciones con 'drones' son ilegales y pregunta cómo se decide matar en vez de capturar a objetivos humanos

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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En junio de 2008 el investigador especial de la ONU para ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias presentó un duro informe contra las prácticas de EE UU, entonces gobernado por George W. Bush. Cuatro años después toca examinar de nuevo al país más poderoso sobre la faz de la tierra, ahora gobernado por un premio Nobel de la Paz que solo en 2010 mató a 957 personas en Pakistán con los aviones sin piloto que ha convertido en su seña de identidad.

«El anterior portador de este mandato estaba perturbado por la falta de transparencia en relación al marco legal y la elección de los objetivos, por lo que pidió al Gobierno que aclarase cuáles son las leyes internacionales que tiene en cuenta para decidir tales asesinatos, pero hasta la fecha el Gobierno (de EE UU) no ha proporcionado ninguna respuesta oficial satisfactoria».

Al sudafricano Christof Heyns, que ahora ostenta el cargo, no le queda más remedio que denunciar la escalada de estos asesinatos y volver a pedir a EE UU que «especifique cuáles son las bases de su decisión de matar en vez de capturar a objetivos humanos y si el Estado en el que se producen los asesinatos ha dado su consentimiento».

Además de Irak, Afganistán y Pakistán, los llamados aviones depredadores ahora siembran la muerte en Somalia y Yemen bajo la atenta batuta de Barack Obama que, según 'The New York Times', supervisa personalmente cada asesinato. Como denuncia la ONU, son sentencias de muerte decididas de antemano en una sala de reuniones de Washington donde el acusado no solo no tiene oportunidad de defenderse sino que tampoco se le da la opción de rendirse. «Tales operaciones son ilegales», advierte el informe. «Las leyes de derechos humanos dictan que se deben hacer todos los esfuerzos posibles para arrestar a un sospechoso, de acuerdo a los principios de necesidad y proporcionalidad del uso de la fuerza». El argumento de que Estados Unidos está en guerra contra el terrorismo y de que este no tiene fronteras no parece convencer al relator especial de la ONU, que pide que «se evalúe la situación de cada país caso por caso para determinar si existe o no un conflicto armado».

Terroristas o civiles

En ausencia de la transparencia oficial necesaria, Heyns dice que la sociedad civil ha hecho un buen trabajo llevándole las cuentas a EE UU. Según los datos de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, desde 2004 se han producido en ese país 300 de estos ataques que «cada vez alimentan más protestas de la población». Si bien el informe reconoce que en general están dirigidos a miembros de Al-Qaida o talibanes, también estima que el 20% de las víctimas son civiles.

El Gobierno de Obama ha optado por considerar miembros de Al-Qaida a todos los hombres en edad militar que estén cerca de uno de sus objetivos, lo que en su balance minimiza las víctimas colaterales. Pero ni todo el maquillaje del mundo puede evitar que algunos números canten el horror de esos crímenes: Abyan, sur de Yemen, diciembre de 2009. Según una investigación parlamentaria, de los 41 aldeanos que murieron ese día bajo las ráfagas de los aviones sin piloto estadounidenses, 14 eran mujeres y 21 niños, lo que en el mejor de los casos deja cinco sospechosos de terrorismo para justificar semejante masacre.