A la izquierda, Ribéry se lamenta de la derrota de Francia. Arriba, Ibrahimovic celebra su gol. :: AFP
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La ansiedad supera a Francia

La selección gala de Benzama y Ribéry jugará el sábado contra 'La Roja' en cuartos de finalAl equipo de Blanc le entraron las prisas con el tanto de Rooney, acrecentadas por el golazo de Ibrahimovic, y acabó humillado por Suecia

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La ansiedad superó a Francia ante Suecia, que ya estaba eliminada, y la selección del conservador Laurent Blanc no pudo evitar a España en el tercer choque de cuartos que se disputará el sábado en Donetsk (20.45 horas, Telecinco). Ahora mismo, la campeona del mundo y de Europa no tiene por qué temer a esta Francia, muy decepcionante en el cierre de la primera fase, donde tenía que haber demostrado muchísimo más para inspirar algo de respeto a su próximo rival (aunque 'La Roja nunca les ha ganado en duelo oficial). No deseaba Francia encontrarse con el cuadro de Vicente del Bosque en la primera eliminatoria directa, pero se ganó con merecimiento ese cruce por su deplorable actitud durante toda la primera parte y su incapacidad para crear juego y ocasiones en la segunda, cuando le entraron las prisas.

El nerviosismo se apoderó de Francia con el tanto de Rooney, y se acrecentó con el golazo de media chilena de Ibrahimovic que condenó a los galos. Entonces ya no necesitaban solo una, sino dos dianas, para intentar impedir un duelo con los españoles, pero no solo no lo consiguieron, sino que los franceses acabaron humillados con otro gol de los escandinavos en el tiempo añadido.

Presumía Francia de un fútbol más físico y directo que el de España, pero sin haber brillado en sus dos primeros partidos de esta Eurocopa, empañó aún más su imagen ante una Suecia que la mantuvo a rajatabla, anuló a sus figuras, muy individualistas, y dejó en evidencia a una débil defensa. Y aún tienen que dar gracias los franceses, porque si no llega a ser por el enorme Lloris, habría encajado más goles y podía haberse arriesgado a un disgusto mayor.

La selección gala tendrá a Ribéry y Benzema, pero España es tremendamente superior a Francia, desorientada y desbordada por una Suecia que pese a ser defensiva en muchos momentos, cuando quiso fútbol siempre jugó mejor, con los pies, y con la cabeza. Lo que le faltó a una Francia para olvidar.

Aunque a Francia le bastaba un punto para certificar su pase a la siguiente fase, no afrontó la primera parte con espíritu competitivo, sino con una pasividad imperdonable. Trotó por el terreno de juego hasta que en el choque de Inglaterra marcó Rooney y se arriesgó demasiado ante una Suecia que, solo con el orgullo en juego, tuvo ocasiones más que suficientes para adelantarse en el marcador. Lo evitaron Lloris, el exterior del poste, y sus ataques anulados al límite del fuera de juego siempre vistos por el juez de línea.

Estrellas desaparecidas

Laurent Blanc decidió hacer rotaciones, pero que diese descanso a alguno de sus mejores jugadores no fueron excusa para la pobre actitud de los 'bleus', hasta que se vieron obligados a reaccionar. Sin embargo, para entonces, Suecia ya había mejorado mucho con la entrada de Wilhelmsson, mientras Francia continuaba espesa, sin un ápice de profundidad, y anulada por la presión del equipo amarillo. Todo fue muy aburrido hasta que Rooney despertó a los 'bleus'.

El gol de Inglaterra llegó hasta los oídos de los franceses, que entonces sí que dieron un paso al frente y miraron con mucha más intención la portería contraria. Sin embargo, solo hubo que destacar otro lanzamiento fuera de Benzema, poco antes de que 'Ibra' hiciese temblar los cimientos del Olímpico de Kiev con un espectacular remate con su derecha. No cambiaba el puesto para Francia con esa diana, pero sí que aparecieron más nervios Y, sobre todo, en su defensa, totalmente descentrada, con Suecia crecida.

A Francia se le reclama que toque más el balón en el medio campo, y es lo que intentó hacer en los últimos minutos, aunque para entonces el reloj ya jugaba muy en su contra y volvió la precipitación a la hora de definir, con malas opciones de ataque frente al 'catenaccio' sueco. La selección de Blanc se mostró entonces incapaz para derribar la muralla sueca, pese a que sí que se lanzó al ataque cuando vio que España ya no se apartaría de su camino. Demasiado tarde, porque no solo no empató, sino que se llevó otro.