La autora extremeña posa con la novela finalista del Planeta 2011, 'Tiempo de arena'. :: LA VOZ
Sociedad

«La literatura es mi pasión y mi terapia»

La finalista del Planeta 2011 inaugura esta tarde la Feria del Libro de Cádiz en una edición dedicada a los autores iberoamericanos del siglo XXI Inma Chacón Escritora

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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De pequeña no quería ser escritora, dice. Al contrario que su gemela Dulce, Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) no guardaba ni una de sus anotaciones o creaciones. La vocación de literata le llegó por «accidente», sin embargo, ya no concibe la existencia de otra manera que no sea con una historia que contar. Meses después de resultar finalista del Planeta 2011 con 'Tiempo de arena', la poeta y narradora extremeña llega a Cádiz para pregonar el encuentro con las letras más importante del año. «El más enriquecedor y alegre».

-Su pregón, y toda la feria, trata sobre la literatura iberoamericana del siglo XXI, un tema muy extenso teniendo en cuenta que muchos de los nombres que la forman son también del siglo XX...

-Sí que resulta complicado por cuanto lo extenso que es. He enfocado mi discurso por todos esos nombres que han irrumpido en el circuito de los premios. Entre ellos, el Nobel, el Herralde, el Alfaguara, el Rómulo Gallegos... Y por cómo muchos de estos autores se han afincado en España. Después me voy a centrar en lo que significa para mí la literatura y la feria del libro.

-Hable, por favor.

-Para mí la feria del libro es uno de los momentos más enriquecedores para el escritor porque es lo que pone punto y final a su obra. Son días de fiesta, días alegres, aunque llueva la gente pasea y todo está como en ebullición.

-Una pregunta de reivindicación feminista, ¿qué nombres de mujer va a a destacar en su discurso?

-La verdad es que hay más hombres que mujeres y en mi conferencia creo que no nombro a ninguna. Pero claro que las hay, e importantes, ahora se me viene a la cabeza Laura Restrapo por ejemplo. De todos modos creo que en España las mujeres sí tenemos mucha presencia en el mundo editorial y en la prensa, en el mundo de la comunicación en general y, claro, la literatura es una forma de comunicación más.

-¿Qué subrayaría de la literatura iberoamericana actual?

-Estos escritores forman parte de una cultura diferente pero que nació a partir de la nuestra. Españoles y latinoamericanos mantenemos una comunicación como cultura y muchos espacios comunes. Y ellos están triunfando ahora muchísimo. Lo que más me llama la atención de esos autores es que tienen un verbo muy fluido y una capacidad de vocabulario increíble.

-¿Es su escritura más comprometida?

-Suelen ser muy comprometidos, pero en España también. El compromiso es una opción, hay quien quiere expresar sus reivindicaciones a través de sus obras y otros a los que solo le interesa el sentido estilístico, de belleza o entretenimiento de la escritura. Las dos son formas de expresión muy válidas. Yo he optado por el compromiso porque entiendo que cada uno en su parcela tiene el deber de cambiar un poco el mundo.

-Parece que se está formando un nuevo escenario de relaciones entre los dos pueblos, ¿cambiará eso la literatura escrita en el otro lado del Atlántico?

-Me gusta pensar que es algo puntual. Que son cosas de los gobiernos y las empresas y que nos han hecho creer que son cuestiones de Estado, pero para nada es así. Lo que nos debe preocupar son los recortes sociales y no que una empresa sufra algún contratiempo. No tengo datos, pero confío en que el hermanamiento que siempre ha habido entre nosotros siga igual. Creo que lo importante es que todos vayamos de la mano para construir una sociedad más justa.

-Siempre ha defendido que la clave de toda evolución es la educación...

-Sí, siempre, es la clave para todo. Si a un niño se le inculca el sentido del respeto, la tolerancia y a vivir en convivencia, si se le enseña que nadie pertenece a nadie nos ahorraríamos muchos problemas, entre ellos el del maltrato machista. Hoy (por el miércoles) han asesinado a otra mujer, pero nadie clama al cielo por ello.

-¿Qué consejo le daría a todas esas mujeres que sufren la violencia machista?

-Esto es una gangrena, una enfermedad de la sociedad. Para curarla las mujeres deben de ser conscientes de que nos debemos ayudar mucho, estar unidas, y también pedir la ayuda de los hombres.

-En 'Tiempo de arena' denuncia el acoso que sufrían las españolas del siglo pasado por tener hijos fuera del matrimonio, ¿le han dado las gracias por su novela?

-Se me han acercado muchas mujeres para contarme sus casos. Mujeres que tuvieron que dar a sus hijos por cuestiones sociales, políticas o porque simplemente se los robaron.

-Esa ha de ser la violencia más dura que se puede cometer contra alguien...

-Sí, es otra forma de violencia machista. Que se robe un bebé me parece de una avaricia tan grande, de una falta de alma tan brutal que apenas puedo concebirlo.

-Caeré en la pregunta. Lleva tiempo reivindicando un nombre al margen del de su hermana Dulce. ¿Lo ha conseguido?

-No, si no me importa, eso se lo han inventado los medios. Estoy orgullosísima de mi hermana y lo estaré hasta que me muera. No concibo mi vida sin ella y no hay día que no la recuerde. Yo siempre he tenido mi nombre y no me preocupa que me distingan o no. No es mi objetivo para nada, a ella le debo mucho, como mi amor por la escritura. Ella me pidió que escribiera y desde entonces eso ha sido mi tabla de salvación. La literatura es para mí una auto terapia, una forma de conocerme a mí misma, de mirar por la ventana. Es una pasión y no concibo mi vida de otra manera.

-Otra fácil. ¿Ha logrado que ser finalista del Planeta no le cambie?

-Sí, solo he cambiado en que ahora voy de acá para allá. Todo es muy intenso, pero no he cambiado nada en absoluto.

-¿Se siente ahora más responsable de lo que escribe?

-No, porque yo escribo lo que yo necesito, es mi acto pasional y no pienso en si gustará o no.