Muniain se abraza a Ibai para celebrar el pase a las semifinales. :: AFP
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El Athletic luchará por el título, 35 años después

El equipo de Bielsa jugó con el resultado de la ida en San Mamés, donde Raúl también marcó e impidió la derrota del Schalke

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Athletic no falló en San Mamés ante el Schalke y jugará por segunda vez en su historia unas semifinales europeas. Han tenido que pasar 35 años para presentarse en una final de la segunda competición continental y mantener viva la llama del doblete, porque aunque el objetivo está complicado ahora que el Athletic parece haber sufrido un bajón, también le queda el partido decisivo por la Copa. En 1977 alcanzó la final de la UEFA, y en el mismo torneo, pero con la nueva denominación, mantiene su condición de favorito tras sus exhibiciones ante el Manchester United y una complicada eliminatoria frente al Schalke, con un juego más discreto en casa que en Alemania. La mala noticia fue la tarjeta que vio Javi Martínez, obligado a abandonar la posición de central y a adelantar su posición al medio campo, y que le impedirá disputar el partido de ida en Portugal frente al Sporting.

El equipo de Bielsa, salvo durante la última media hora, jugó a impulsos y tardó demasiado en entrar en el partido, aunque no necesitaba atacar, porque el pasaporte se lo ganó en el campo del conjunto liderado por Raúl, que no se quedó sin marcar en San Mamés. Agarrado el Athletic al 2-4 de la ida y especulando con ese resultado, al final consiguió imponer su superioridad ante los alemanes, aunque el verdadero golpe de autoridad no lo dio hasta que el marcador reflejó el empate a dos.

El Athletic esperó atrás y a la contra en toda la primera parte y apenas elaboró cuando está acostumbrado a tocar. Irreconocible, aunque también con una actitud comprensible por el marcador de Alemania, el Athletic se lo tomó con muchísima calma, aun a riesgo de sufrir cuando tenía el pasaporte garantizado. Sin embargo, en la segunda mitad puso las cosas en su sitio, imponiendo su superioridad, y concedió escasas oportunidades de un equipo que nunca se rinde y que ha llegado a cuartos gracias a Raúl. El Schalke se quedó a dos goles de dar el golpe, que solo cuando se vio realmente amenazado fue fiel a su estilo y quiso hacer de la posesión y la llegada dos de las principales armas con las que ha llegado tan lejos en esta Liga Europa.