Larga espera. Rafa Barber ya ha superado sus dolores y puede entrenar con total normalidad. :: ESTEBAN
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Barber, 113 días después

El valenciano regresó a los terrenos de juego tras casi cuatro meses de lesión

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La espera ha sido larga y dura, ya que 113 días han sido los que Rafa Barber ha tenido que soportar sin saltar a un terreno de juego vestido de corto. Casi cuatro meses de lesión han tenido al medio centro valenciano en el dique seco y sin poder entrenar con normalidad. Todo empezó con unas pequeñas molestias que parecía que no tendrían mayor importancia, pero poco a poco la cosa se fue complicando hasta agotar la paciencia de un Rafa Barber que lo ha pasado mal y que ha tenido que empezar de cero más de una vez cuando pensaba que estaba a un paso de los terrenos de juego.

El pasado 3 de octubre de 2011 jugó sus últimos minutos. Aquel día el Xerez lograba su primera victoria en Chapín contra el Girona y Barber saltaba al terreno de juego desde el banquillo para reforzar el centro del campo en los últimos minutos cuando los catalanes apretaban. El pasado sábado, casi cuatro meses después, se producía una situación muy parecida. Esta vez saltó al terreno de juego con el marcador empatado, pero también en esta ocasión el Deportivo trataba de conservar el resultado. Había llegado la hora de Barber. «Hacía dos semanas que venía entrando en la convocatoria, pero no había tenido la oportunidad de tener minutos», recuerda el centrocampista. «Tuve la oportunidad de participar media hora y la verdad es que estoy muy contento de volver a jugar, de volver a aportar y sumar. A ver si de aquí en adelante puedo acumular más minutos».

Pese a todo el tiempo que ha transcurrido, no olvida la última vez que se vistió de corto: «Creo que fue en octubre en el partido contra el Girona, pero apenas fueron los últimos diez minutos. Sí que es verdad que ha sido una lesión muy difícil de llevar, muy caprichosa. Había veces que estaba bien, pero no tenía garantías para competir. Ahora ya no sirve de nada mirar hacia atrás. Quedan largos meses para que acabe la temporada y ojalá que el partido del sábado sea un punto de inflexión para tirar para arriba y encadenar esas dos victorias que estamos buscando».

Además, el rostro de Rafa desprende felicidad porque, ahora sí, puede afirmar que ha dejado atrás su lesión: «Las molestias son mínimas, cada semana van desapareciendo y ya me voy encontrando al 100% para poder coger forma física. A partir de ahora voy a ser uno más de la plantilla».

En estos meses han sido muchos los momentos de bajón en la soledad del lesionado, pero cuando a Barber se le pregunta por su peor día, él apunta al aspecto colectivo: «Sobre todo, ver al equipo en una situación complicada. Todo, incluso las lesiones, se llevan mejor cuando el equipo va bien porque hay alegría. Cuando estás fuera y encima ves al equipo que está sufriendo, el estado de ánimo no es el mejor para nadie. Las semanas son difíciles porque el equipo no acababa de arrancar y la afición está descontenta... es un cúmulo de cosas que no ayudan. A ver si a partir del sábado podemos colocarnos en una zona en la que nos permita a todos respirar bien. Lo que queremos es dedicarles a la afición la victoria porque sabemos que no está siendo un año fácil. El principal objetivo es estar más tranquilos a partir de ahora».

A nivel personal, su «reto» es lograr uno de las caros puestos en el centro del campo. Él es consciente de la dificultad, pero por eso considera que «hay que hacer todo lo posible para aprovechar las oportunidades. Ha venido Rafa García y lo primero que ha hecho todo el vestuario es arroparlo lo mejor posible porque sabemos que él viene a ayudar. Sabemos que es otro gran centrocampista, pero aquí buscamos todos el mismo beneficio, pues las cosas positivas en lo colectivo también aportarán en lo individual. Si nos ayuda Rafa, pues muchísimo mejor. A parte de mirar cada uno, evidentemente por su situación personal, también tenemos que mirar lo colectivo».

Rafa García tuvo un gran estreno, al menos así lo considera el propio Barber: «Hizo un gran trabajo en un partido difícil y que además, era su debut. Todavía no nos conoce al 100% a todos los compañeros y se adaptó muy bien al equipo, a la situación, al partido y en ese sentido le tenemos que felicitar».

Igualmente hay que darle la enhorabuena a un Xerez que logró quedarse a siete puntos del descenso y ahora afronta el partido del próximo fin de semana con la intención de despegarse definitivamente de los puestos de descenso. «Creo que si ganamos vamos a notar cierta tranquilidad en el vestuario. El paso que dimos el otro día en Guadalajara fue importante, porque si nos ponemos en la opción contraria y no sacamos los tres puntos, afrontaríamos este sábado con una urgencia muy grande. En ese sentido, tenemos ahora siete puntos de distancia. Evidentemente, no es definitivo, pero sí importante porque a los equipos de abajo les está costando mucho ganar. Este sábado sí que lo tenemos en la mano para abrir un poco más de brecha. Además, si logramos los tres puntos veremos la zona media-alta relativamente cerca. Eso le va a dar al equipo un plus de tranquilidad para poder trabajar durante la semana bien y afrontar los partidos con mucha más tranquilidad».

Esa misma calma también la busca el vestuario con los temas institucionales: «Hemos intentado estar todo lo apartado que hemos podido, pero es inevitable que te lleguen informaciones. En nuestra mano está lo deportivo y no se nos puede desviar la atención. La continuidad del club depende en gran parte del aspecto deportivo. Sabemos que lo primero es que el Xerez se quede en Segunda División y eso es lo que está en nuestras manos. Por lo tanto vamos a centrar nuestras fuerzas ahí y vamos a tratar de darlo todo en el campo, que es donde tenemos que rendir».