Economia

Los promotores quieren sacar partido de las ayudas del FROB

Reclaman que les llegue parte de la financiación de las entidades que reciban apoyo público y ven peligrosa una brusca caída de precios

MADRID. Actualizado: Guardar
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Puestos a que el Estado abra el grifo de las ayudas para la reordenación del sistema financiero, los promotores y constructores de pisos quieren las suyas. Unas ventajas que vendían en forma de créditos de los bancos o cajas que, a su vez, recibieran el apoyo del Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB). Y es que esas entidades, según el real decreto aprobado por el Ejecutivo, deberán fijar unos objetivos de financiación para pymes y familias, y los promotores quieren estar ahí.

Si hay crédito, que sea para todos. Ese es el mensaje de la patronal de los constructores (APCE), que advierte de que la economía española se enfrenta a un riesgo nada desdeñable: el de que el precio de la vivienda caiga de forma abrupta y desordenada ante la obligación impuesta por el Gobierno a la banca de aumentar de forma notable sus provisiones por el ladrillo que acumulan en sus balances.

La organización recuerda que los españoles tienen en su casa prácticamente la totalidad de su patrimonio, y una depreciación rápida de esa casi única riqueza familiar sería devastadora. «Es como si te alegras de que el Ibex caiga a la mitad de su valor porque así puedes comprar acciones baratas», sentenció el presidente de la ACPE, José Manuel Galindo.

El constructor evitó ayer cuantificar el hipotético abaratamiento de la vivienda tras el movimiento del Gobierno, pero recordó que -con carácter general- las entidades financieras ya provisionan al 25% su cartera inmobiliaria, con lo que la nueva imposición de reservar un colchón del 35% (aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros) solo conllevaría «de trasladarse por completo a precios» un 10% de caída adicional.

Algo imposible de precisar y que no tiene por qué suceder, añadió, por cuanto el mercado residencial va por barrios, y nada tiene que ver una zona con otra o una ciudad del interior con otra en la playa.

Lo que sí tiene claro Galindo es que la nueva normativa empuja en cierto modo al sector financiero a dar salida a los pisos que mantengan en balance, al menos a buena parte de ellos, a precios bajos. Eso, y el hecho de que bancos y cajas siempre van a financiar más y mejor los pisos con los que suelten lastre que los de los promotores, pone en cuestión que el mercado goce de todo el 'juego limpio' que desearían los empresarios.

Por eso la APCE reclama que se les reserve «un coeficiente» de la financiación que salga de las entidades ayudadas por el FROB en sus procesos de fusión. Mensaje cuando menos curioso, pues se supone que esas mismas entidades buscan fusiones o alianzas-en parte- por su debilidad tras un empacho de ladrillo en sus cuentas.

En primera instancia, Galindo aplaude el real decreto de reordenación financiera y constata la necesidad de ganar confianza en los mercados internacionales. Pero advierte de que «sin financiación» nada servirá para salir del agujero, y que lo hasta ahora conocido de la reforma del Ejecutivo no garantiza que vaya a haber un aumento inmediato del crédito.

Bien avenidos, mejor

El promotor también lanza un mensaje a bancos y cajas: el de que están condenados a entenderse, puesto que si caen las empresas las entidades financieras verán aumentar sus créditos impagados y, al tiempo, deberán provisionar más dinero por esos préstamos fallidos.

La ACPE sugiere «trasladar fuera» el riesgo y apostar por una buena campaña de «exportación de segundas residencias». Para facilitarlo, dice Galindo, convendría eximir a los extranjeros que adquieran esas casas del impuesto de sucesiones. La patronal sugiere también la conveniencia de que, en una obligada reordenación inmobiliaria que las empresas tienen más clara, se permita a quienes se fusionen no pagar los impuestos de Actividades Económicas y Actos Jurídicos Documentados.