Las terrazas se han convertido en el nuevo territorio a conquistar por los no fumadores. :: VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

Denuncian a una veintena de bares por incumplir la Ley del Tabaco

La asociación nofumadores.org alerta a Salud de la «fraudulenta» utilización de las terrazas para permitir que se fume

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Con la entrada en vigor de la última Ley del Tabaco, las terrazas se han convertido en el refugio de los fumadores gaditanos. Las suaves temperaturas que registra Cádiz en comparación con otras ciudades y la falta de una lluvia continuada permiten a los hosteleros respirar con cierto alivio ante unos consumidores que se declaran más amigos de los cigarrillos que de la hostelería. Sin embargo, según denuncian desde la asociación nofumadores.org, existe al menos una veintena de terrazas que incumplen la ley en Cádiz y así lo han denunciado ante la Delegación Provincial de Salud.

La diferencia la puede marcar un toldo echado de más que hace de pared. Según recoge la Ley del Tabaco que entró en vigor el 2 de enero de 2010, está prohibido fumar en todos los espacios cerrados, incluidos bares y restaurantes. Las terrazas de estos establecimientos, en principio, son espacios abiertos que permiten que los clientes puedan encender un cigarro mientras tengan tan sólo dos paredes (aunque éstas sean móviles) y un techo. El conflicto, o el «fraude», según denuncian desde nofumadores.org es que cuando hay viento o las temperaturas bajan al atardecer, los hosteleros tienden a echar los tres toldos para cubrir toda la terraza e incluso un cuarto con lo que el espacio de abierto pasa a ser un recinto libre de humos.

Ubaldo Cuadrado, uno de los miembros de este colectivo que se declara en defensa de los fumadores pasivos, afirma que estas terrazas con cuatro paredes «son zonas ilegales de fumadores» que van en contra de la ley. Cuadrado denuncia que a sabiendas de que hay «cierta permisividad» en la aplicación de la Ley del Tabaco, los hosteleros «se aprovechan» de la situación y «a pesar de que saben que están infringiendo» la normativa «permiten fumar» en las terrazas para no perder clientes.

Uno de los ejemplos más claros se da en la zona de San José, entre la Delegación Provincial de Salud y los Juzgados de Los Balbos, donde nofumadores.org ha denunciado hasta cuatro establecimientos. En esta zona a veces hay corriente de aire y por eso tienden a cubrir toda la terraza con los toldos lo que automáticamente veta el humo del tabaco. No sólo en esta zona sucede, la asociación ha denunciado otros establecimientos en la barriada de la Paz y en el Paseo Marítimo. «En estos lugares suele haber ceniceros lo que induce al cliente a pensar que está permitido fumar aunque no sea así».

No ocurre lo mismo en los establecimiento del centro de la ciudad, donde la asociación no ha encontrado ningún bar o restaurante que incumplan la normativa. La razón, según explica Cuadrado, puede deberse al tipo de terrazas, la gran mayoría o todas abiertas y sin toldos que se instalan en el Casco Histórico.

De difícil persecución

Ubaldo Cuadrado reconoce que las posibilidades de que las denuncias tengan éxito depende en gran medida de la suerte. «Este fraude es muy difícil de perseguir», afirma porque comprobar que se incumple con la ley depende en gran medida del momento en el que se pase el inspector de Salud para certificarlo. «No es lo mismo que acuda por la mañana en un día de sol que por la tarde, cuando está anocheciendo y hace frío». Por este motivo, Cuadrado hace un llamamiento a la colaboración ciudadana para que «denuncie por su cuenta o llame a la Policía para que actúe de oficio».

De todas formas, desde la organización reconocen que tras poner una denuncia «no suele pasar mucho tiempo antes de recibir una contestación», lo que les lleva a pensar que «se lo toman en serio pero que no disponen de todos los medios necesarios para hacer cumplir la ley».

En el caso de que Salud dé su visto bueno a las denuncias, las sanciones a las que se pueden enfrentar los dueños de estos restaurantes y bares puede ir desde los 600 euros hasta los 10.000 «dependiendo de la gravedad», una cantidad que en los tiempos de crisis actuales pueden hacer a sus dueños perder hasta las ganas de fumar.