El régimen sirio se sirve del atentado en Damasco para buscar legitimidad en las calles

Cientos de personas se congregaron ayer en las ciudades de Hasaka, Qamishli y Deraa para denunciar el atentado terrorista que el viernes se cobró la vida de al menos 26 personas en el barrio de Midan, en Damasco, según informó la agencia oficial de noticias siria, Sana.

Los participantes en la manifestación denunciaron la «injerencia extranjera» en los asunstos internos del país y reafirmaron su apoyo a «una toma de decisiones independiente» sin intervención externa, en lo que algunos observadores interpretan como una maniobra del régimen para ganar legitimidad en las calles del país que tampoco desaprovechó el funeral por las víctimas, envueltas en la bandera siria, se desarrolló en la mezquita de Al-Hasan de la capital.

La oposición al régimen del presidente sirio exige una investigación independiente del atentado, porque sospecha de la responsabilidad de las propias autoridades sirias. Testigos en la zona de Midan habrían presenciado la llegada de decenas de ambulancias tres horas antes de la explosión. Y algunas fuentes denuncian además la presencia de periodistas de medios oficiales en conexiones en directo casi inmediatamente después de producirse el crimen, informó el diario israelí 'Haaretz'.

Deserción en vídeo

Mientras la represión contra las protestas en favor de una apertura del régimen continúan, y la represión se cobró ayer 17 víctimas mortales más, un oficial del Ejército sirio identificado como Afeef Mahmud Suleiman anunció su deserción y la de sus hombres en un vídeo colgado en la web de Al-Yasira. «Hemos desertado tras presenciar cómo los militares y las fuerzas de seguridad mataban a los civiles que se manifestaban», declaró Suleiman, que pidió más compromiso a los observadores de la Liga Árabe.