Sociedad

HABRÁ QUE ESCOGER

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los últimos recortes en el gasto presupuestario, que serán los primeros cuando los contemplemos a distancia, han puesto a las Autonomías en las cuerdas y los menoscabados virreyes tienen que agarrarse a ellas. Obligados a la indeseable opción de desprenderse de inmuebles de oficinas, de empresas públicas y de viviendas, algunos piensan ahorcarse y lo malo es que les queda cuerda para poco rato. ¿Qué pueden hacer? Andalucía, que es la más afectada por el ladrillo, ha sacado a la venta un paquete de edificios por 952 millones de euros, pero lo difícil es sacar de las listas de parados a los compradores. O herrar o quitar la fragua.

Se nos está dando a elegir entre cosas que no nos gustan nada: trabajar más o ganar menos es el ejemplo máximo. En otras ocasiones la cuestión es más opinable: ¿Es mejor que haya menos puentes y más lunes festivos? Nadie está de acuerdo, pero a este paso no sería de extrañar que el Viernes Santo cayera en martes. En cualquier caso es bastante peor escoger, en uso de su libertad, las dos posibilidades que se le ofrecen a Sakineh Ashtiani, condenada por adulterio. La Justicia iraní, para mostrar su benevolencia, no va a aplicarle la condena a lapidación, que sale mucho en la Biblia, aunque no se cuente si el que tiró la primera piedra era el marido. Simplemente la ahorcarán.

Los que creemos en el progreso moral, aunque lamentemos su velocidad de crucero, tan parecida a la de las tortugas cuando descansan, pensamos que nos ha tocado vivir en plena época primitiva, cuando el mono afeitado que es el hombre moderno aún no había descubierto sus técnicas de camuflaje. La verdad es que llamamos progreso solo a los avances técnicos de una parte de la humanidad. Por eso hay quienes creen, y quizá no les falte razón, que hay que estimar como progreso que los caníbales usen cuchillo y tenedor.