ESPAÑA

El primer etarra juzgado tras el anuncio de ETA dice que es tiempo de «soluciones»

MADRID. Actualizado: Guardar
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«El cese definitivo de la actividad armada» anunciado por ETA hace una semana se hizo sentir en el primer juicio por terrorismo celebrado ayer en la Audiencia Nacional. En un hecho poco común, más si cabe porque no existía arrepentimiento previo, el etarra Andoni Otegi, 'Iosu', aprovechó su turno de palabra para pronunciar una soflama posibilista sobre los nuevos «tiempos» del «conflicto político» y criticar las trabas que pone el tribunal central.

«La Audiencia, hasta hora, está protegiendo la presión que está siendo ejecutada en el País Vasco. Son tiempos en que esto se tiene que solucionar, por eso no reconozco este juicio ni al tribunal», aseguró el etarra en euskera para responder al fiscal del juicio, Miguel Ángel Carballo, que le había preguntado si pertenecía a la «banda criminal y asesina de ETA».

Otegi y su compañero del 'comando Argala', Oscar Zelarain, fueron juzgados por poner un coche bomba frente a un hotel de la localidad malagueña de Fuengirola en junio de 2002. La deflagración del vehículo, que contenía casi 68 kilos de explosivos, se produjo de madrugada, dejó seis heridos y provocó daños en inmuebles y vehículos en un radio de 150 metros.

Intención criminal

Para el fiscal, que pide 146 años de cárcel para ambos y una indemnización de casi 100.000 euros, no hay duda de que los etarras «pretendieron causar el mayor número de muertes posibles», ya que entre la llamada de aviso y la explosión del coche transcurrió media hora.

Pese al discurso del etarra Otegi, en la vista oral, que continúa hoy, se escucharon testimonios tan impactantes como el de una mujer que recordó que «entró un trozo del coche por la ventana» de su habitación y que a su hija, que estaba en el cuarto de baño, «se le cayó el techo encima».

No es la primera vez que el terrorista, que ya cumple prisión por otro atentado, lleva sus proclamas posibilistas a la Audiencia Nacional. En septiembre de 2010, durante el juicio por un atentado en Marbella en 2001, reclamó al tribunal que pusiera «facilidades» en el proceso para superar el «conflicto político» y terminara con la «negación y el sufrimiento de todos estos años». Entonces, el presidente del tribunal, Fernando García Nicolás, contestó que en el proceso judicial que se estaba siguiendo «las manifestaciones parapolíticas» no tenían cabida.