Merkel, junto al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. :: THOMAS PETER / REUTERS
Economia

La UE abre paso a la esperanza

Los socios del euro confían en que su gran pacto calme a los mercados y permita reconducir la crisis definitivamente El acuerdo incluye una delegación estable en Grecia para controlar los ajustes

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Casi dos años después de que estallara la crisis de la deuda soberana, Europa siente que le aprieta menos la corbata. El gran pacto alcanzado la madrugada de este jueves por los socios del euro superó con sobresaliente el examen de las bolsas, lo que podría anticipar que finalmente han dado con la tecla deseada para atajar la inestabilidad. «Estoy convencido de que los mercados nos darán el tiempo que necesitamos cuando vean una dirección y una determinación clara», auguró Herman Van Rompuy, el ya presidente del Consejo Europeo y de la Eurozona.

Como en los momentos más trascendentales en la historia de la UE, los socios comunitarios tuvieron que pasar casi toda la noche en vela para alcanzar un acuerdo. Pasadas las cuatro de la madrugada y tras más de diez horas de reunión, las pantallas gigantes instaladas en el interior de la sede del Consejo Europeo en Bruselas anunciaron la comparecencia inmediata de Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso. Había sido un día de nervios en el que se pensó que el consenso sería imposible, pero finalmente se selló un pacto que para muchos se debía haber cerrado hace meses.

El punto más complicado fue la reducción de la deuda griega. Los socios desarrollaron reuniones paralelas con los responsables del Instituto Internacional de Finanzas, la principal asociación mundial de la banca. Según los estudios que manejaban los miembros del euro, se necesitaba al menos una quita del 50% sobre los títulos helenos para que el país pudiera pensar en la recuperación. Además, el sector financiero debía aceptar voluntariamente las pérdidas para que la medida no desencadenara un huracán en los mercados. El acuerdo se puso tan complicado que Angela Merkel, Nicolas Sarkozy y la directora del FMI, Christine Lagarde, se involucraron personalmente en las negociaciones. De madrugada se desató la alarma porque la banca anunció que no había consenso, pero se pudo reconducir la situación. El sector asumirá la quita del 50%, equivalente a unos 100.000 millones. Para engrasar el pacto, la Eurozona se comprometió a poner 30.000 millones en garantías para que el proceso se cierre sin más contratiempos. «La deuda es ahora absolutamente sostenible», celebró George Papandreou, primer ministro heleno.

Segundo rescate

Todavía faltan flecos por cerrar, pero se espera que a principios de 2012 Grecia empiece a notar menos peso sobre sus espaldas. El objetivo es que en 2020 su deuda caiga del 160% del PIB al 120%. El acuerdo con la banca se enmarcó en la renegociación del segundo rescate del país. Finalmente, la dimensión del paquete llegará a los 130.000 millones. Ese cheque, sin embargo, lleva asociadas contrapartidas. La principal es que los miembros de la moneda única extremarán la vigilancia sobre Atenas.

Al término de la cumbre, Merkel anunció que la troika formada por la Comisión, el BCE y el FMI dejará paso a una delegación permanente en Grecia. Así, en lugar de acudir cada tres meses al país, controlarán a diario la aplicación de las medidas de austeridad exigidas. «Habrá un régimen reforzado de supervisión en relación con el cumplimiento de sus obligaciones», remarcó la canciller. En principio, el equipo de expertos se instalará al comienzo del año que viene en línea con la entrada en vigor del segundo rescate.

Los socios también sudaron para lograr un acuerdo sobre el refuerzo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). El mecanismo elevará su dotación hasta el billón de euros, con vocación de convertirse en cortafuegos definitivo contra el contagio griego. Los detalles sobre su funcionamiento se conocerán en un mes, pero se moverá sobre dos pilares. De entrada, actuará como aseguradora en caso de pérdidas por el impago de un país, lo que ayudará a los gobiernos en apuros a colocar mejor su deuda.

La segunda herramienta nueva del FEEF es un depósito paralelo para que inviertan el FMI y países de fuera del euro. Sarkozy llamó ayer al presidente chino, Hu Jintao, para explicarle esa decisión y el resto de acuerdos europeos. Se espera que el gigante asiático, que tiene en la UE su mayor mercado exportador, tire de chequera para ayudar a su estabilización. Japón también se prepara para arrimar el hombro.