A CALLAR

Es triste que en la ciudad de Cádiz se repita siempre la misma historia. En el momento que alguien osa criticar al Ayuntamiento, no dude en que el tema tendrá consecuencias.

Los jóvenes que están organizando el vía-crucis que tendrá lugar esta noche osaron en unas declaraciones en LA VOZ de Cádiz decir que no se habían sentido del todo apoyados por el Ayuntamiento. La respuesta no ha tardado en llegar. En la procesión de hoy no podrán enceder las velas de la procesión porque el Ayuntamiento de Cádiz argumenta que le cuesta mucho dinero limpiar el suelo que queda manchado con la cera.

El anuncio ha sido realizado por la propia alcaldesa, la señora Martínez, que protestó porque su administración hubiera recibido críticas a su labor, cosa, la verdad, a la que está muy poco acostumbrada ya que aquí, lamentablemente, se opta por el silencio ante el temor de que atacarle tenga consecuencias.

Llama la atención esta repentina preocupación de Martínez por lo que ensucia la cera. Nunca había puesto un pero a ninguna vela a pesar de que Cádiz tiene que ocupar puesto destacado en el listado mundial de procesiones por metro cuadrado y ahora, curiosamente después de haber recibido críticas, descubre que se le dispara el gasto.

No tengo ni idea de cuanto cobra la empresa de limpieza por hacerle la cera a las calles de Cádiz pero, por ejemplo, puestos a mirar por el tema del gasto, que parece que ahora tanto le preocupa a Martínez, podría preguntar por lo que cuesta la iluminación nocturna de las playas, un lujo del que parece se podría prescindir.

Sería muy triste pensar que lo de la prohibición de las velas se debe a las críticas realizadas al Ayuntamiento. Chavales, coged unas linternas y, a modo de protesta, llevarlas encendidas en la procesión y así se evita el gasto.