Portada que existió en la calle Torre, nº 51. :: JUAN FIERRO CUBIELLA
EXTERIORES ROBADOS

NO PORTADA

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La portada es de piedra ostionera. Conforman sus jambas, de aristas molduradas, dos líneas verticales de sillares de gran tamaño, que al alcanzar la altura del dintel comienzan a acortarse, dejando espacio a un soberbio arco adintelado. Lo componen cinco grandes dovelas. En la clave central está encajado un azulejo vidriado con una inscripción: "Barrio de San Lorenzo. Nº 141". Las letras, capitales, de color azul marino sobre fondo blanco, bien podrían remontarse al siglo XVIII; el mensaje que expresan es un fantástico documento de la antigua articulación del espacio urbano de Cádiz, basado en el barrio, no en la calle.

Esta portada se ha perdido recientemente; una obra de la finca trocó la puerta en ventana, arrambló con sus preciosos portones, repelló la fachada. Cada día, en Cádiz, las "rehabilitaciones" destruyen el patrimonio y la historia de todos: pavimentos de losa de Tarifa del Siglo de Oro, suelos genoveses del XVIII y XIX, paños de azulejos no menos centenarios, portones, macizas piedras umbrales, escaleras de mármoles exóticos... A menudo la razón de este proceder es la existencia de desperfectos: la pérdida de alguna pieza, pongamos por caso, en un lienzo de azulejos, se soluciona eliminándolo en su totalidad; no se plantea conservar lo que existe; menos aún, restaurarlo.

Pero lo que sorprende es la dejadez de las Administraciones públicas, responsables de conservar el patrimonio histórico-artístico (art. 46 de la Constitución). No se sensibiliza ni a ciudadanos ni a profesionales con campañas; se abandona cada rehabilitación a su suerte. Algo o alguien está fallando. Al ritmo actual, del inigualable tesoro patrimonial que hace de Cádiz una ciudad única, muy pronto sólo quedarán, como de la portada de la calle Torre, 51, fotografías.