La madre y la abuela posan sonrientes con Alba. :: NACHO GARCÍA
ESPAÑA

Alba desafió al terremoto

La pequeña nació minutos después del seismo en hospital Rafael Méndez, que hubo de ser desalojado

MURCIA. Actualizado: Guardar
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El vigoroso llanto de Alba irrumpió como un chorro de vida en el quirófano del hospital Rafael Méndez de Lorca. A su alrededor, todo era caos, destrucción, miedo y dolor por el terremoto, que apenas media hora antes había hecho temblar la localidad murciana. Hasta el techo de la sala de dilatación donde su madre, Mayte, trataba de que su parto saliera adelante minutos antes, se había resquebrajado de punta a punta. Ya no quedaba tiempo para más esperas. La niña tenía que nacer ya; el hospital comenzaba a ser evacuado y nadie debía permanecer más tiempo del estrictamente necesario en su interior. «Te vamos a hacer una cesárea. No te preocupes, que todo va a ir bien», le comentaron los médicos a Mayte, quien veía como los azulejos caían a su alrededor y las luces fallaban de cuando en cuando.

La situación hubiera puesto nerviosa a cualquier parturienta primeriza (Mayte tiene 28 años, y Alba es su primera hija), pero la epidural y el cariño de médicos y enfermeros lograron que la joven mantuviera la templanza. «Decir que me atendieron bien es poco. Me acariciaban la cara, me daban ánimos, el trato fue excelente», recordaba ayer mientras se abrazaba, ya plácida, a su bebé. Fue un visto y no visto; apenas veinte minutos, y Alba ya estaba en el mundo tras una corta cesárea sin ninguna complicación.

Su padre y las abuelas, que sí pasaron un mal rato esperando el desenlace del alumbramiento, cogieron a la recién nacida y se refugiaron en la explanada del aparcamiento del hospital, a la espera de que una ambulancia pudiera llevarles hasta el centro sanitario de La Arrixaca. «Por si acaso», comentaba ayer la abuela, aún con el susto metido en el cuerpo, pero ya feliz de ver como su hija y su nieta han salido adelante sin problemas. Tenían miedo de que el edificio sufriera más daños, y el sentido común les sugirió que el bebé estaría «mejor fuera que dentro». En apenas media hora, Mayte, Alba y el padre de la niña fueron trasladados hasta Murcia, donde los médicos completaron los reconocimientos y chequeos a madre e hija.

«De maravilla»

La pequeña Alba y su madre se encontraban ayer «de maravilla», deseando volver a su casa de Águilas, donde residen, para disfrutar de su nueva vida, los tres tranquilos «ya sin sobresaltos».

El ajetreo no ha hecho mella en el ánimo de Alba, un bebé tranquilo y dormilón que no hace otra cosa que bostezar y agarrar con la manita el dedo índice de su madre. Su primera noche discurrió sin sobresaltos, sin apenas llantos, y ajena a los circunstancias que rodearon su alumbramiento, que ya conocerá cuando crezca: «Algún día tendremos que contarle cómo nació».