De jubilado a 'joven' promesa de las letras

Cada día, Alberto se sienta disciplinadamente delante de su portátil y trabaja durante horas. No juega al dominó, no tiene un buen 'swing' jugando al golf ni le va la petanca. Pese a no ser un gran lector -a diferencia de su esposa que devora un libro por semana-, él escribe y escribe sin parar. Poesía, novela, relato corto... Ningún género le intimida. Sólo, confiesa, le atemoriza la respuesta de los lectores, «quedar bien». No actúa como un jubilado al uso, pese a haber abandonado hace muchos años su trabajo. Él crea. Antes solía hacerlo con el pincel, ahora con el teclado de su PC, que le «absorve» durante horas. No chatea, «aunque he tenido que abrirme un facebook por eso de la promoción»; pero cada día recibe medio centenar de e-mails de los lectores de sus tres blogs, uno de ellos, de antiguos residentes en Marruecos, donde trabajó como funcionario durante siete años de su vida.

Precisamente, sus viajes por medio mundo, muchas veces fruto de su trabajo, le han dado el bagaje cultural y la «valentía» para plasmar sus experiencias por escrito. A sus 78 años, acaba de publicar su primera novela, 'El renegado', pero anuncia que tiene más material entre manos. «Varios frentes abiertos». Entre ellos, un libro de corte autobiográfico y una historia centrada en los jóvenes de hoy en día, para lo cual ya tiene concertadas varias entrevistas con estudiantes de institutos de El Puerto, la ciudad donde vive. «Ya que a mis nietos se les ponía la cara colorada cuando les preguntaba por las drogas, el sexo y esos temas, decidí acercarme a otros jóvenes. Me interesa mucho lo que les preocupa», reconoce Alberto Boutellier, malagueño criado en Melilla.

«Estoy tan ocupado que ni siquiera pienso que me estoy haciendo viejo», afirma entre risas. Aun así, reconoce que a veces ha tenido que recurrir a las fuentes históricas, ya que le falla un poco la memoria. Precisamente, la historia del protagonista de su libro le sobrevino después de una sesión de rastreo de información por la red.

«Me encontré con un romance, muy mal escrito, que me llevó después a leer varias investigaciones sobre un personaje que cometió un asesinato y le enviaron a cumplir la pena a Marruecos». A partir de ahí, Alberto creó la historia de 'El Moro Joaquín', ya que este hombre tras «conseguir escapar de la cárcel», se convertirá al islamismo y buscará a toda costa el ansiado indulto.

Para el autor, que no tenía demasiados conocimientos de técnica narrativa, lo más atractivo de Joaquín es que «siendo una buena persona, se ve involucrado en ciertos problemas que tendrá que sortear por sí mismo».

Primeros lectores

Mañana por la tarde presenta su obra en la Fundación Alberti. Por ahora, ya ha vendido un centenar de ejemplares, número que prevé incrementar tras este acto. Por ahora, el libro, cuya edición él mismo se ha costeado, puede encontrarse en las librerías de El Puerto, en El Corte Inglés y en la librería virtual La Fábrica del Libro. «Estoy muy contento y muy satisfecho», manifiesta con orgullo. «Después de tener hijos y plantar árboles, sólo me quedaba escribir un libro», bromea el malagueño, que no deja que le llamen escritor. «Un escritor es el que vive de la escritura y de esos hay muy pocos».

Por ahora, sus primeros lectores le apuntan un «estilo inglés» que no sabe bien qué significa, pero todos han asegurado que la novela provoca adicción.

Por la cabeza de este experto en marketing fluyen miles de historias, muchas de las cuales ya tiene casi terminadas o perfiladas. «Ya me queda poco tiempo así que tengo que darme prisa para hacerlo todo», apunta en tono burlón. Una de esas obras tiene como protagonistas a las estatuas que están repartidas por El Puerto -«quiero que me cuenten su historia, sus lamentos...»-, otra es una novela de amor ambientada al otro lado del Estrecho y por otro lado, desde hace tiempo recoge los testimonios de los marineros que se reúnen en una taberna de la ciudad con el objetivo de plasmarlas en otro libro.

Según él, «siempre me gustó escribir, pero no tenía tiempo». En el pasado, esos relatos los guardaba en el cajón, pero ha sido ahora, en esta época de su vida, cuando se ha atrevido a sumergirse en esta afición de verdad, que según él «me da una vida impresionante».