Dos edificios de Zona Franca ya son abastecidos de energía por el sol

El debate sin final, uno de los temores atávicos más persistentes de la humanidad, ha reaparecido con fuerza. El apagón total. El petróleo se acaba, se encarece. Las fuentes alternativas aún parecen lejanas. La nuclear jamás pareció tan insegura y amenazante. Los ejemplos de uso de energías limpias, por tanto, nunca parecieron tan necesarios. Aunque sean domésticos, microscópicos y periféricos, tienen el soniquete de la esperanza, de los inicios que pueden extenderse.

Tras otra intentona en 2007, la Zona Franca de Cádiz ha conseguido poner en pie una de estas minúsculas torres de esperanza que hacen posible pensar en un futuro de energías inagotables, limpias y seguras. Dos de sus edificios se abastecen ya, total o parcialmente, con energía solar que se convierte en eléctrica, va directamente a la red, sin apenas necesidad de proceso tecnológico alguno, solo con un pequeño transformador en el mayor de los dos.

Cada vez más potencia

Estos dos proyectos iniciales están ubicados en el aparcamiento en altura y en la nave del Servicios Documentales de Andalucía (SDA). En el primero de los inmuebles se han instalado 630 paneles de energía solar, con el llamativo añadido de que cubren la fachada principal y modifican radicalmente la estética del edificio. En el segundo, la nave de SDA, se han instalado 2.358 placas pero son menos visibles, porque están en la cubierta. Cada una de las placas es capaz de producir 90 vatios y está construida, básicamente, con silicio.

La potencia total de todas estas placas sumada arroja cifras que hacen creer en el posible autoabastecimiento futuro de muchos edificios. Las placas ya instaladas, de hecho, crean 319.000 kilovatios/hora cada año, lo que supondría una capacidad suficiente para alimentar de electricidad, calefacción, agua caliente o cualquier otro servicio común a un conjunto de 80 viviendas familiares.

Números de ahorro

El objetivo de Zona Franca es que la mayoría de los edificios que acoge su recinto fiscal pasen a tener abastecimiento total o parcial a través de la energía solar, lo que a medio plazo supone un importante ahorro además de las ventajas ecológicas. Fuentes del Consorcio han asegurado también que esta política energética se extenderá a los nuevos inmuebles, a la naves o establecimientos que aparezcan tras la reforma integral de su polígono exterior.

Como ejemplo y precedente, la instalación de las casi 3.000 placas en estos dos edificios que ya las usan y se alimentan de energía solar solo ha precisado de cinco semanas de trabajo. La empresa Elmya fue la encargada del proyecto tras ganar el concurso al que se presentaron ocho firmas.

Aunque inicialmente la colocación y entrada en funcionamiento de las placas tenía un presupuesto de 1,1 millones de euros, el proyecto solo ha tenido un coste final 729.553 euros. Por cada kilovatio/hora que se produce a través de la energía solar, la Zona Franca recibe como compensación 32 céntimos de euro de Eléctrica de Cádiz. Un simple cálculo de multiplicación permite establecer la cifra del ahorro y pronostica una amortización total de la inversión en apenas un lustro.