MAREAS CARDIOSALUDABLES

La naturaleza no deja de sorprendernos. Si queremos encontrar algo que nos sobrecoja, sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor. Algunas veces ella se vuelve iracunda y despliega toda su rabia contenida sobre el diminuto ser humano, qué a fuerza de mucho intentarlo aún no ha conseguido domesticarla. Y otras, la mayoría, nos muestra su gloriosa majestuosidad, a la que, por mas explicaciones que le busquemos, se nos antoja estremecedora.

Mira por donde, un fenómeno natural, cíclico, inmutable y previsible han supuesto un revulsivo, una inyección económica, y más aún de moral a la Bahía Gaditana. No ha hecho falta una convocatoria masiva a través de redes sociales, ni la organización de un evento lúdico cultural, ni si quiera la invitación a un macro botellón, para tener el mayor poder de reunión conocido, sólo ha habido que recurrir a la madre naturaleza.

Inversión cero, dispositivos de seguridad los habituales de un fin de semana, y la ciudadanía ha dado muestra de lo que es capaz. Y para colmo con efectos beneficioso para la salud de todos los asistentes. Nunca han madrugado tantas personas un fin de semana. Muchas han descubierto el placer de una vuelta a Cádiz a hora temprana, cuando la luz empieza a disipar las sombras. Esa brisa del amanecer y ese tibio 'Lorenzo' que se cuela sin sentirlo y que nos despabila del letargo. Ese simple roce con la naturaleza hace que nuestra melatonina se segregue a borbotones.

Nuestro sistema cardiovascular se prepara para su puesta a punto. La pena es que el fenómeno no se repita tres o cuatro veces por semana. Muchos son los que han atrapado rincones de nuestro Cádiz que estaban ahí, ocultos pero al alcance de un paseo.

No busquemos excusas para no patear Cádiz. Nuestra ciudad merece muchos itinerarios cardiosaludables. Y de vuelta un desayuno andaluz, da igual, pan con aceite que chocolate con churros. El beneficio para nuestro corazón está servido. ¿Nos vemos el próximo finde?