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Condenado por el accidente grave que sufrió un empleado

El dueño de una carpintería de El Puerto es sentenciado a cuatro meses después de que la víctima estuviera a punto de perder dos dedos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Un carpintero trabajaba en la tarde del 11 de julio de 2006 en el montaje del cajón de un mueble. Lo hacía en su centro de trabajo de El Puerto. Sobre las 20.30 horas se disponía a cortar un listón con una máquina específica (tipo tupí). A este trabajador nadie de su empresa le había enseñado a utilizar esa maquinaría, pese a que entraña bastante riesgo para la integridad física. Cuando colocó el listón para aproximarlo a la fresa (una pieza de corte), éste pegó un fuerte retroceso lo que provocó que una de las manos del trabajador entrara en contacto con las cuchillas y sufriera serias lesiones en dos dedos. La máquina no le llegó a seccionar ninguna falange, pero sí quedaron fracturadas.

Según una reciente sentencia del juzgado de lo Penal nº 2 de Cádiz, este accidente se hubiera podido evitar si el dueño de la carpintería hubiera dispuesto de las medidas de seguridad necesarias. Tampoco, indica el fallo judicial, preparó a su trabajador a manejar una máquina que le causó unas heridas que le mantuvieron de baja casi medio año y precisó asistencia médica continuada a lo largo de doce meses. El tribunal ha condenado al empresario a cuatro meses de cárcel por un delito de lesiones, pero lo exime de la pena de inhabilitación porque la acusación en este procedimiento, ejercida por el fiscal, no le imputó un delito contra el derecho de los trabajadores.

Como hechos probados, el juzgado sostiene en su fallo que el siniestro se produjo no solo por una mala colocación del listón, como defendía la representación letrada del empresario, sino que ésta se debía a una mala formación del carpintero - «la máquina tupí carecía incluso de libro de instrucciones a disposición del operario»- y a que faltaba una pieza de seguridad, que se adquiere a parte de la máquina, y que el condenado no suministró a su negocio.

Se trata de una pieza, denominada tope anti-rechazos, «la cual no se fabrica de forma artesanal ni se improvisa sobre la marcha». En la sentencia se relata la importancia que tiene en este tipo de labores de corte de madera: «La mano del trabajador no habría entrado en contacto con la herramienta si el listón hubiera estado encajado en sus extremos, sujetos por estos topes de inicio y final, que habrían evitado el movimiento violento de la madera». Unos movimientos que se producen por nudos o irregularidades en la madera; lo cual suele producirse en este tipo de trabajos.