Christian Eyenga, de Cleveland, lamenta su suerte. :: REUTERS
Deportes/Baloncesto

Cleveland, el ángel caído

La franquicia no ha sabido reconstruirse tras la salida de LeBron James, que disfruta del éxito en Miami Los Cavaliers alcanzan el récord negativo de 25 derrotas consecutivas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Es la historia del ángel caído, aquel que se despeñó desde el cielo para hundirse en lo más profundo del infierno. La historia de Lucifer, el más bello de los ángeles que, arrastrado por su orgullo, desencadenó un drama de proporciones inimaginables dejando un reguero de dolor en su huída. Pero en esta ocasión, el que llamaban Lucifer, el instigador del dolor, no se ha convertido en Satán, y ha sido la víctima del mal la que ha sufrido las consecuencias y la que ha sido alejada del paraíso.

LeBron James ha sido la luz de Cleveland durante siete años, el líder espiritual de unos Cavaliers que acariciaron la gloria, con una final de la NBA en la campaña 2006-07, y que se convirtieron en el mejor equipo de la liga en la fase regular de las dos últimas campañas, con más de 60 victorias en cada una de ellas. Pero el jugador franquicia decidió que la aventura había acabado y que un cambio de aires sentaría bien a un currículo repleto de títulos individuales pero ausente de galardones colectivos.

James decidió marcharse al calor de Miami y montó un circo mediático que le hizo pasar de héroe al más odiado de los demonios para unos seguidores que le desearon tantos fracasos como dolor dejaba atrás. Pero el doble MVP no ha parado de volar cerca del cielo en los Heat y sigue aspirando al dorado anillo de campeón, dejando a los Cavaliers el papel de Satán, mostrando su lado más oscuro, avergonzando a sus seguidores, hundidos y achicharrándose en los fuegos del averno.

La salida de su líder obligó a la franquicia a una restructuración que no ha funcionado y que le ha llevado a la más oscura de las tinieblas. Los Cavaliers son desde el lunes uno de los peores equipos de la historia de la NBA. El equipo dirigido por Byron Scott no ha superado la ausencia del alero y batió ante Dallas la marca de derrotas consecutivas de la liga. Son ya 25 seguidas, supera el récord que la propia franquicia poseía -en una racha sufrida entre el final de la campaña del 1982 y el inicio de la de 1983-, la herida sigue abierta y van camino de convertirse en el equipo con menos triunfos en la mejor liga mundial.

Su última victoria la celebró el 18 de diciembre ante los Knicks. Mientras que Lebron celebra el acierto de su decisión junto a Dwaine Wade y Crish Bosh en los Heat, los Cavaliers parecen destinados a vagar por las profundidades de la clasificación durante unos años porque, como decía el Apocalipsis de los ángeles caídos, «no queda lugar en el cielo para ellos».