ESPAÑA

Rubalcaba dice que «se ha demostrado que Camacho no tiene nada que ver»

Exige «disculpas» a su número dos por las «calumnias e injurias» sufridas desde que el juez vinculara su teléfono a la delación

MADRID. Actualizado: Guardar
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Alfredo Pérez Rubalcaba hizo una defensa cerradísima de su número dos tras conocer la decisión del juez Pablo Ruz de dar por finiquitada la vía penal que apuntaba a su secretario de Estado en el chivatazo. El vicepresidente primero y ministro del Interior tuvo conocimiento del contenido del auto apenas media hora antes del comienzo de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y devoró cada palabra de la providencia judicial antes de comparecer.

Para entonces se le veía exultante y nada hizo por disimularlo: «Ha habido un auto que deja claro que el secretario de Estado no tiene nada que ver en esta historia», explicó antes de lamentar que desde que el pasado martes el juez hiciera público en otra resolución el número del teléfono móvil de Camacho este haya sido objeto de «todo tipo de calumnias e injurias de todo tipo».

De defender el «buen nombre» y el «honor» de su mano derecha en Interior, pasó al ataque y exigió «disculpas» a «quienes le han injuriado, calumniado y difamado». Pérez Rubalcaba no citó al PP, aunque sí a «medios de comunicación» que no identificó. «Que reparen el honor, que creo que no es mucho, dado que es una persona honorable, no es mucho», insistió visiblemente molesto con alguno de los periodistas que preguntaban una y otra vez sobre el asunto. «Lleva siete años sirviendo a la seguridad, y no me parece procedente que esta semana haya soportado injurias y calumnias», reiteró el vicepresidente.

Pérez Rubalcaba, que obvió cualquier referencia al hecho de que el que fuera director general de la Policía sigue imputado por colaboración con banda armada, recordó, como ya ha hecho en otras ocasiones mezclando el caso Faisán, que es la investigación del aparato de extorsión, con la causa del chivatazo, que todos los implicados en la red de recaudación de ETA están en la cárcel o a la espera de juicio.

Enfado

Su alegría se tornó en visible irritación cuando, por dos veces, se le preguntó si ponía la mano en el fuego por que ningún dirigente del PSOE o alto cargo del Ministerio del Interior había participado en el chivatazo a la oficina de cobro del 'impuesto revolucionario' de ETA. Ahí, la respuesta fue la habitual de mostrar su respeto al trabajo de los fiscales y jueces. A la segunda, se mostró más irritado: «Creo que he sido lo suficientemente claro sobre este tema, y hay preguntas que no termino de entender. ¿Me pregunta si he hablado con el secretario de Estado después de que durante cuatro días seguidos le hayan calumniado sistemáticamente en diversos medios de comunicación, me preguntaba eso?», se encaró el vicepresidente con un informador.

Cansado, el ministro del Interior recordó a los presentes que en la sesión semanal de control del Congreso, a cuenta del Partido Popular, ha respondido hasta 36 preguntas sobre la delación policial. «Siempre -añadió- he dicho lo mismo, hay una investigación judicial que yo respeto».

Pérez Rubalcaba no pudo compartir su alegría por el auto con su número dos pues Camacho se encuentra en Cracovia (Polonia) en una reunión del G-6 -formado por Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, Polonia y España- con Estados Unidos. No obstante, la buena nueva fue transmitida al secretario de Seguridad de inmediato, mientras defendía en ese foro la puesta en marcha de nuevas medidas para luchar contra la ciberdelincuencia.