CARTAS A LA DIRECTORA

Herodes, verdugo de la infancia

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Los infanticidas siempre han tenido muy mala prensa y han pasado a la posteridad como asesinos repugnantes ya que asesinaron a los que no se pueden defender: los niños. En su capítulo 2,16, el evangelista San Mateo narra lo que se llamó la matanza de los Santos Inocentes y no fue otra que el cálculo que hicieron Herodes y sus cortesanos pelotas, (como los congresistas y senadores actuales) de cuando nació el Mesías y asesinaron a los niños de dos años para abajo y así pensaban que matarían a Dios, al Salvador.

En el Derecho Penal, se considera así (nasciturus) al feto desde el momento de la concepción hasta su nacimiento, o al momento del corte del cordón umbilical (según cada regulación el momento exacto puede variar). Si bien depende de cada ordenamiento jurídico, se suele diferenciar entre el nasciturus y la persona, a la hora de tipificar el delito que supone terminar con su vida.

En el caso del nasciturus el delito es el del aborto, que normalmente tiene una pena menor y, en algunos casos y países, está despenalizado.

En el caso de la persona, el delito es el homicidio o el asesinato.

En tiempos pasados alguna terrorista se libró de la pena de muerte por el hecho de estar embarazada ya que si ésta fallecía moría también el feto, el que tiene derechos según nuestro Código Civil, al nasciturus se le reconocen derechos en el orden civil. El más importante consiste en su derecho a heredar de su padre, si éste último muriese durante su gestación (hijo póstumo). En ese caso, los bienes del padre quedarían en expectativa de si el embarazo llega a buen término, y si el niño alcanza la personalidad jurídica.

Por lo que el aborto libre, da lugar que pueda ser el interés económico quien decida la vida de un ser humano, como hacen los terroristas que asesinan al que no paga el impuesto revolucionario. Herodes pasó a la historia por su cadena de infanticidios, tal vez pasen a la historia los actuales gobernantes y todos los congresistas y senadores, que aprueban éstas leyes, así como sus votantes, como auténticos infanticidas y cuando vean el rostro de sus hijos se podrán preguntar: ¿ por qué mi hijo vive y otros no?, ¿ son mas indignos que mis hijos ?