opinión

Perros y gatos

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Desde que Jose Mourinho apareciera junto a Di Stéfano y Florentino Pérez para ser presentado como nuevo entrenador del Real Madrid su relación con la cúpula de la ‘casa blanca’ ha estado repleta de una mezcla de tensión, recelo y admiración a partes iguales sobre la que todos los protagonistas están convencidos de que se puede cimentar los éxitos deportivos. Ellos sabrán. El tiempo les dará o les quitará la razón. El portugués ha conseguido que Jorge Valdano haya tenido que tragar con muchas de sus excentricidades y ataques de entrenador mega galáctico que siempre tiene que estar por encima del bien y del mal porque le ofrece prestigio y crédito ante sus jugadores, que son los que, al fin y al cabo, más le van a tener que respetar y aguantar en su día a día laboral.

Los deseos de ‘Mou’ solo pueden ser contravenidos por el ‘ser superior’, que ya le cerró las puertas de la selección de su país y tampoco parece estar dispuesto a tirar la casa por la ventana para traerle un regalo navideño en forma de delantero centro para completar la plantilla y contrarrestar los problemas físicos de Higuaín y las lagunas mentales de Benzemá. Ya sabes Jose, a falta del perro, bueno es el gato, que seguro que araña de vez en cuando. Y en caso de urgencia siempre te quedará la opción de recurrir al león de la manada. Todo menos seguir jugando al ratón y al gato o asomar la patita para eludir responsabilidades en caso de que el lobo se coma este año todo el turrón. Porque recuerda la ley de Murphy de que cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora; o eso de que a perro flaco, todos son pulgas.

Eso sí, nada de salir corriendo ante las adversidades, como si de un galgo se tratara, que ya has visto lo que ha pasado con estos atletas que corrían que se las pelaban y todo apunta a que van a terminar llegando los últimos a la meta más importante que debe tener todo deportista: el respeto hacia su propia salud y la honestidad hacia todos los que les apoyan y admiran.