Mohamed VI. :: R. C.
ESPAÑA

Los oscuros negocios de la realeza alauí

Estados Unidos revela la «atroz codicia» el entorno de Mohamed VI y el temor a la radicalización del Ejército del país

MADRID. Actualizado: Guardar
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Que en Marruecos nada se mueve sin la anuencia de Mohamed VI no es nuevo. Que el corolario del Rey está en la cima de la corrupción del país es, sin embargo, una revelación que va más allá de lo conocido. Los papeles del Departamento de Estado norteamericano desvelados por Wikileaks subrayan la influencia del Palacio Real en los negocios inmobiliarios nacionales. Cualquier gran contrato en juego debe contar con el beneplácito del monarca o de su reducido entorno, formado por Fouad El Himma, antiguo ministro del Interior y actual dirigente del Partido Autenticidad y Modernidad, y Mohamed Mounir Majidi, secretario particular del Rey.

«Tener debates con alguna otra persona sería una pérdida de tiempo», concluye el consejero económico de la embajada de EE UU en Casablanca, en una nota secreta de diciembre de 2009. El hombre de negocios comenta el caso de un empresario vinculado al Palacio Real que menciona la «codicia atroz» del entorno del Rey. Las compañías «son utilizadas por la realeza para coaccionar y solicitar sobornos en el sector inmobiliario. Aunque las prácticas corruptas existían durante el reinado de Hassan II, han adquirido un carácter más institucional con Mohamed VI», apunta.

Las corruptelas oficiales socavan «seriamente» la imagen que intenta promover el Gobierno para atraer inversión extranjera, añade un ex embajador de EE UU. El que fuera embajador de España hasta este año, Luis Planas, reconoció las dificultades para hacer negocios en Marruecos en un almuerzo con su homólogo norteamericano, Thomas Riley, según publica 'El País'. Planas mencionó la falta de transparencia en el sector inmobiliario.

La corrupción, según las notas diplomáticas, también cala hasta los huesos al Ejército marroquí. Una institución «políticamente marginada, con ineficacia burocrática, bajos niveles de educación y donde algunos de sus soldados están en peligro de caer en el radicalismo». Pese a esta imagen, Mohamed VI -escribe el embajador norteamericano- ve a los militares como su mayor amenaza. De ahí el excesivo control que ejerce el Rey sobre las Fuerzas Armadas. «Ningún movimiento de tropas se hace sin su consentimiento», cuenta.