El cofrade toma las riendas de la hermandad de San Antonio «con ilusión» y ganas de llegar a un acuerdo con Enrique Arroyo. :: MIGUEL GÓMEZ
COFRADÍAS

«Si no confiara en limar asperezas con el párroco no me hubiera presentado»

Con tan solo 31 años, Rodríguez se atreve a dirigir un equipo al frente de una cofradía que ya acumula tres juntas malogradasSergio Rodríguez Arboleda Nuevo hermano mayor de Columna

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Para él San Antonio no tiene secretos. Por algo, Sergio Rodríguez puede presumir de haber pasado las dos terceras partes de su vida entre los muros de la sede canónica de su hermandad. Ahora, con 31 años, podrá aplicar todo lo aprendido desde los diez como hermano mayor de Columna. Ha desempeñado labores de fiscal, capataz, contracapataz y ayudante de secretaría. Además de haber colaborado con los tres últimos hermanos mayores que terminaron su mandato con la intervención de un comisario por los conflictos con el director espiritual, Enrique Arroyo.

Quizás por eso, la prudencia guía los pasos de este joven veterano que tiene clara cuál es una de sus principales prioridades: «Fomentar la vida en hermandad y la juventud». Tras los 108 votos a su favor del cabildo de elecciones del pasado viernes, Rodríguez toma el testigo en Columna con el firme propósito de que su junta no acabe también intervenida.

-Después de tres juntas de gobierno fallidas en Columna. ¿Qué le animó a presentar su candidatura?

-El simple hecho de que la cofradía no se quedara cerrada. Duele mucho ver cómo una junta tras otra se descalabra y se va todo al traste. Tengo muchos amigos de las juntas salientes que lo han pasado mal. Gente que dimitió para los que ha sido duro ver que no hay una salida fácil a todo esto. Aquí estamos para servir, no venimos al 'figureo'. Venimos a trabajar por una cofradía a intentar demostrar que sigue habiendo un grupo unido. Creo que en el pasado cabildo ya se demostró que, pese a lo ocurrido, la hermandad sigue estando viva.

-¿Cuál es el proyecto fundamental de sus próximos cuatro años?

-Recuperar la estabilidad de la hermandad. Eso se hace con mucho trabajo. Lo que sucedió hace cinco años -el enfrentamiento entre el que era hermano mayor, Juan Laluz, y el párroco de San Antonio, Enrique Arroyo, que terminó con el cese del primero- creo que dividió a la cofradía y a la parroquia en dos caminos separados. Tal vez eso ha sido lo que ha ido arrastrando la hermandad todos estos años. Hay que encontrar un punto de encuentro. Habría que intentar suavizar la situación, que no es fácil.

-Entre los proyectos más cercanos, ¿se encuentra la celebración del 350 aniversario de la hechura del Señor?

-Existe la intención, porque ese aniversario no se cumple todos los días. Lo único que se ha podido hacer en el aniversario de este año -el 350 aniversario fundacional- es la misa. Ya tenemos algo hilvanado en febrero -mes en el que se cumple el aniversario de la talla-. Hay previsto realizar una misa, un ciclo de conferencias (históricas, de formación y caridad) y lo demás habrá que definirlo. Antes de final de año lo tendremos que dejar cerrado. La gente ha entrado con muchas ganas, sobre todo los veteranos.

-Su equipo aúna juventud y veteranía pero, sobre todo, es un equipo muy vinculado a la vida de la parroquia, ¿no es así?

-Es un equipo que se ha criado aquí. Todos nos hemos formado en la parroquia desde chicos. El 80% de la junta de gobierno formaba parte del anterior grupo joven de la hermandad. En una escala de 10, les pondría un 15. No ha habido un pero, me han apoyado incluso en los momentos en los que yo dudaba.

-¿Confía poder limar las asperezas con Enrique Arroyo, director espiritual de la hermandad?

-Si no confiara no me hubiera presentado, eso lo tengo clarísimo. Llevo 30 años dentro de la hermandad y no he conocido a otro sacerdote. Yo no sé cómo estarían antes, a él me tengo que limitar. Él me conoce desde chico, yo he hecho aquí las catequesis y formo parte de la feligresía de San Antonio.

-¿En qué punto se encuentra la solución?

-Creo que todavía es pronto. Él se tiene que ganar la confianza de nosotros y nosotros la de él. Supongo que con el paso del tiempo y cuando se vaya viendo el trabajo... La junta no entra desde luego con ganas de guerra. Lo he dicho, entramos con ganas de trabajar, no venimos para otra cosa.

-Las tres últimas juntas han tenido un final abrupto, ¿espera romper la tendencia con un cabildo de elecciones dentro de cuatro años?

-Yo creo que sí. Eso sería un primer paso fundamental que supondría un avance bastante grande para la estabilidad de la hermandad.