Al-Qaida y Yemen

Los mecanismos de seguridad han funcionado e impedido que paquetes-bomba enviados por avión hasta objetivos judíos en Chicago llegaran a su destino y los servicios competentes saudíes, de los Emiratos, británicos y, en fin, norteamericanos se han mostrado competentes y capaces de evitar los atentados. Con todo, el incidente remite a una consideración de más envergadura y más vuelo. En primer lugar hay que ponderar el hecho de que Al-Qaida parece creer que lograr un atentado así, o similar, le dará un éxito táctico considerable y, por tanto, la posibilidad de obtener una ventaja estratégica. Craso error: Al-Qaida debe saber que no acabará con eso que llamamos «Occidente» enviando paquetes-bomba. En segundo lugar, hay que detenerse en el hecho de que el atentado se gestó en Yemen, donde, en cambio, en el escenario local, sería un error creer que Al-Qaida no tiene, además de santuarios, una base política y social. De hecho lo sucedido confirma algo muy inquietante: Al-Qaida de la Península Arábiga se ha arraigado en Yemen y ha abierto, de hecho, un frente nuevo, además del afgano-paquistaní y el del Sahel. Y eso, recuperar al Yemen, es la tarea urgente a que nos remite el episodio.