El Cádiz se impone en Estepona con un doblete de Aarón Bueno

El Cádiz comienza a funcionar. Y lo que es mejor para los amarillos, comienzan a aparecer motivos para creer. Además de los resultados, que hablan por sí solos, el equipo de Risto Vidakovic comienza a tener una identidad. Mucho se había hablado durante toda la semana del pelotazo y del césped artificial. Y si se habló era por algo, porque en apenas diez minutos el Cádiz no tuvo más remedio que combinar ambos términos. El bote en el campo era indomable y controlar el balón era una misión harto complicada. Y el primero que sufrió dichas advertencias fue el meta cadista, que vio como se le presentaba la primera complicación con una cesión desde el centro del campo que, en su intento por controlar no tuvo más remedio que atrapar el balón en el suelo ante la embestida del ariete rival.

Los de Burgueña no tardaron en responder: El primero fue Rubén Cruz, quien de cabeza tras un centro no pudo marcar debido a la estirada de Dani. Poco antes, el delantero local había tenido otra en sus botas después de que Serrano se comiera un balón que llegó centrado y envenenado por el fuerte viento.

Pasado el primer cuarto de hora de empuje local, muy animado desde las gradas, el Cádiz le cogió el truquillo al césped y comenzó a tocar la pelota no sin pasar algunos riesgos atrás. Porque las ideas del Estepona eran claras. O balones largos a la espalda de los lentos centrales amarillos o internadas por banda con centro al área, como uno que remató en el primer palo Pedro que se fue ligeramente desviado en el 23' de la primera parte. A ese le siguió otro disparo desde la media luna de Rubén Crus que Dani, bien colocado, atajó sin problemas.

Cuando más problemas volvía a tener el Cádiz llegó una jugada clave en el devenir del encuentro. Aarón presionó la salida de un balón que provocó que el rechace quedará dividido entre Velasco y el arquero Ávila. El desenlace se veía venir porque el más rápido de los dos, Velasco, llegó antes, tocó el balón y ante la salida del meta entendió que fue tocado y se fue al suelo. Penalti y gol de Aarón, que volvía a definir con maestría aunque con algo de incertidumbre. Burgueña recompuso su equipo tras el descanso sacando al delantero Cabello y quitando al pivote defensivo Ríos. Con ello, era más que previsible que el balón estuviera más tiempo por los aires que por el césped. Había que sufrir y así lo entendió el once amarillo, que se puso el mono y la zaga a achicar balones. Pero cuando peor se lo ponían las cosas llegó una contra cadista -tras un error en el control de Gaitán cuando se encontraba en el área gaditana- muy bien conducida por Aarón, que recibiría su premio después de ver como Pachón erraba un pase de la muerte concedido por Velasco para meter a placer el segundo de su equipo.

Los minutos fueron pasando entre balonazos y alguna que otra ocasión local promovida por la patente inseguridad de Dani cada vez que sale de sus dominios. Pero esta vez no cantadas y sí una victoria que refuerza el liderato.