Los precios suben un 0,3% en agosto por la escalada del sector turístico

Los precios subieron tres décimas en agosto, por un insospechado repunte de los servicios turísticos, y la inflación anual se colocó en el 1,8%, una décima menos que en el mes anterior. El fantasma de una deflación -caída continuada de los precios, que acaba por afectar a la demanda y la actividad- se aleja de forma casi definitiva. La inflación sin alimentos no elaborados ni energía ha trepado al 1%, dos décimas por encima de la registrada en julio. Y ya han transcurrido diez meses consecutivos de aumentos en la trayectoria de los precios.

Desde que el grueso de las rebajas se adelantó a julio, el encarecimiento de la cesta de la compra se ha convertido en habitual a mediados del verano, pero todo apunta a que este año el escaso entusiasmo de los consumidores no permite adelantar los incrementos típicos de la temporada de otoño. El alza del pasado mes ya empieza a reflejar, aunque todavía levemente, el traslado al cliente final de la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido. Por fortuna, ese primer impacto ha coincidido con cierto apaciguamiento de los derivados del petróleo.

Las tres décimas de incremento mensual hay que atribuirlas en su mayor parte al encarecimiento de los precios de los hoteles y otros alojamientos en un más que notable 10,7%, y al conjunto de los bienes de ocio y cultura, que incluye los viajes organizados, en los que se registró un alza del 6,1%. La explicación de estos repuntes se encuentra en la recuperación de la demanda de última hora, en una temporada turística que ha ido claramente de más a menos.

También subieron de forma generalizada los alimentos. Los derivados lácteos cuestan un 3,2% más que en julio, el pescado fresco se encareció el 1,3% y la carne de pollo aumentó el 1,3%. En sentido contrario evolucionaron los precios del vestido y calzado, que se abarataron un 0,8% adicional y, sobre todo, otros carburantes. El gasóleo de calefacción disminuyó de precio en pleno agosto, si bien el impacto de este combustible se dejará notar en los presupuestos domésticos más adelante.

Derivados del petróleo

La trayectoria de los precios en el último año viene marcada por la contención de los derivados del petróleo. Los consumidores apenas lo perciben, por el desfase con que se trasladan las variaciones del crudo a los diferentes productos, pero el INE registra que los carburantes -en plena escalada en agosto del pasado año- ahora permanecen estables. Es la misma situación que ha sucedido con el gasóleo de calefacción.

La organización empresarial CEOE asegura que el reciente 'tirón' de los precios responde a las subidas de impuestos, pese a afirmar que las compañías «siguen realizando los máximos esfuerzos», a costa de sus márgenes, para contener los precios. La patronal defiende sus argumentos con el dato de la evolución de los precios armonizados a precios constantes, es decir, sin la repercusión de los tributos. En julio, la diferencia de este indicador con el IPC armonizado, que suele rondar las dos décimas, se disparó a 1,1 puntos porcentuales. A partir de entonces, y hasta el verano de 2011, se seguirán notando los efectos de la subida del IVA. Este análisis coincide con el del Instituto Flores de Lemus que, pese a reconocer las dificultades al considerar la evolución actual de los precios en el contexto económico actual, marcado por la crisis, sugiere que «las claves deben buscarse en el alza del IVA y el repunte internacional de los cereales.