Un pescadero del mercado melillense vende sus últimos productos tras la jornada de bloqueo marroquí de ayer. :: EFE
ESPAÑA

Calma chicha en la frontera y tranquilidad en el mercado

Un acuerdo permite acabar con el bloqueo a la ciudad norteafricana y la retirada de los carteles antiespañoles

MELILLA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«¡Pero si son cuatro gatos!» Es el resumen de un asombrado melillense que se acercó ayer al paso fronterizo de Beni Enzar, el más importante entre la ciudad autónoma y Marruecos, para comprobar quiénes y cuántos son, apenas un par de docenas, los agitadores que encabezan el bloqueo de productos del país magrebí a Melilla. El cerco, sin embargo y pese a las negras especulaciones que se habían hecho sobre sus efectos, tuvo ayer efectos muy limitados. La frontera vivió una jornada tranquila y el mercado y los comercios no sufrieron el temido desabastecimiento.

Por Beni Enzar no pasaron camiones, como estaba previsto tras la medida adoptada por los autodenominados Comité de Liberación de Ceuta y Melilla y la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos. Los activistas conviven en armonía con policías marroquíes, que observan sus movimientos, su despliegue de banderas y pancartas sin el menor atisbo de intervenir. Y a 15 metros los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, entre los que ayer no se veían mujeres, pese a que la Delegación del Gobierno en Melilla haya desmentido que se hubiera ordenado su retirada del servicio por la beligerancia hacia ellas de los agitadores.

El bloqueo, que iba a durar toda la semana, se quedó en una jornada. Para hoy y los próximos días está previsto que se normalice el intercambio comercial y el tránsito de vehículos con mercancías tras el acuerdo alcanzado entre los radicales marroquíes y la Asociación de Comerciantes del Rastro y Barrios Adyacentes de Melilla.

El pacto regirá, en teoría, todo este mes, en el que los musulmanes celebran el Ramadán, pero la invocación religiosa más bien parece una excusa para el levantamiento definitivo de la medida. Algo en lo que han tenido mucho que ver las discretas gestiones diplomáticas del Gobierno español ante las autoridades de Rabat.

Buena prueba de ello es el exitoso balance de la visita que ha efectuado hoy a la capital marroquí el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, para entrevistarse con los mandos de las fuerzas de seguridad del país vecino. El motivo oficial del viaje era preparar el que efectuará el lunes el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para entrevistarse con su homólogo magrebí. La agencia oficial de noticias de Marruecos, MAP, subrayó el ambiente «positivo y constructivo» en que se desarrollaron las entrevistas de Velázquez, un clima que «refleja» el nivel de las relaciones bilaterales entre los dos países.

Sin pancartas

El primer resultado de las gestiones del responsable de las fuerzas de seguridad fue la retirada de las pancartas desplegadas frente el paso de Beni Enzar con frases vejatorias contra los policías. A media tarde, los agitadores retiraron la media docena de carteles.

En la ciudad norteafricana, entretanto, los efectos del temido desabastecimiento fueron nulos. En el mercado central, los comerciantes vendieron productos frescos o de la víspera. La única diferencia con otros días es que la oferta fue menor porque ayer no entró nada procedente de Marruecos. En los comercios y supermercados no hubo tampoco problemas.

En la frontera, el ambiente era tenso aunque no pasó nada de especial relevancia. Nada que ver con los incidentes de los últimos días con enfrentamientos con los policías españoles y canciones y consignas de los agitadores con las que reivindicaban la marroquinidad de Melilla. El tránsito de personas por Beni Enzar era normal. La única diferencia es que no había camiones de transporte.