Un indígena realiza una ofrenda ante Santos y su esposa. :: REUTERS
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Santos asume la presidencia de la mano de su gran mentor

El nuevo mandatario de Bogotá rompe el protocolo y reclama la presencia de su antecesor durante los actos institucionales

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Juan Manuel Santos asumió ayer la presidencia de Colombia. Primero lo hizo simbólicamente por la mañana, en un ritual privado ante indígenas de la nación. Por la tarde, juró el cargo ante el Legislativo, ante mandatarios internacionales. El nuevo gobernante del país sudamericano rompió el protocolo al pedir la presencia de su ex jefe y mentor, el saliente Álvaro Uribe, en el acto de investidura en lugar de esperar su llegada al Palacio de Nariño, sede del Gobierno. Sólo el tiempo dirá si el gesto anticipa la influencia del popular ex jefe de Estado en el nuevo Gobierno.

El presidente número 59 de Colombia viajó temprano en el avión presidencial y en helicóptero hasta Santa Marta, región montañosa elevada sobre el mar Caribe. Fueron testigos de su investidura 'espiritual' su esposa Clemencia Rodríguez y sus hijos Martín, María Antonia y Esteban, así como veinte asesores.

En esas tierras abruptas se comprometió con la madre naturaleza y se convirtió en el primer jefe de Estado en recibir la bendición de los indígenas antes de asumir. Recibió en la tierra sagrada de los kankuamos, koguis y arahuacos el bastón de mando -de madera, de color negro y adornado con tejido de colores- para que «tenga autoridad en las decisiones que tome» en sus cuatro años de gobierno (2010-2014). «Esperamos que sea el presidente que menos destruya el medio ambiente», comentó el líder arhuaco Danilo Villafañe.

Almuerzo con Don Felipe

Santos, quien antes de asumir como ministro de Defensa de Uribe pasó en esas tierras dos días y medio de retiro espiritual, ayer apenas estuvo unas horas. Para el mediodía había regresado a Bogotá para almorzar con el príncipe Felipe, uno de los cientos de invitados internacionales a la toma de posesión.

No tuvieron tiempo para sobremesas porque a las tres de la tarde, -diez de la noche en España- comenzaba la ceremonia principal del acto institucional. Y antes el político de derechas y su esposa participaron en un oficio religioso.

Más de 400.000 uniformados se encargaron de mantener medidas extremas de seguridad para evitar atentados, como los que a bombazo limpio perpetraron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante la toma de posesión de Uribe el 7 de agosto del 2002, cuando estuvieron a punto de provocar una matanza de proporciones dantescas.

Más de 5.000 invitados tenían previsto ocupar la Plaza de Bolívar durante las casi tres horas en que se preveía prolongar el acto. Para ello se levantó una tarima en las escaleras del Capitolio Nacional, al que se accede por esa emblemática explanada.

Entre ellos los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; México, Felipe Calderón; Panamá, Ricardo Martinelli; Costa Rica, Laura Chinchilla; Perú, Alan García; Uruguay, José Mujica; El Salvador, Mauricio Funes; Guatemala, Álvaro Colom, y Honduras, Porfirio Lobo. Asistió también el ecuatoriano Rafael Correa, una esperanzadora señal del restablecimiento de relaciones con Ecuador. Chávez no viajó a Bogotá.

Santos reiteró su declaración de principios para evitar el conflicto de intereses privados y públicos, y su decisión de gobernar en una urna de cristal» para mantener la seguridad, combatir la corrupción y luchar contra la desigualdad social.