Tribuna

EL GALEÓN ANDALUCÍA PONE RUMBO AL BICENTENARIO

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En el puerto de Shanghai y con vistas a Pudong, el sorprendente Manhattan de dicha ciudad china, el Galeón Andalucía aparece como un hermano de la Exposición Universal de 2010 que se abre no muy lejos de allí. Y en dicha dársena del río Huang Gpu permanecerá, con sus velas arriadas porque el práctico chino no sabe manejarlas, hasta que finalice dicho acontecimiento durante el próximo otoño. Al mando del marino mercante gaditano Antonio Gonzalo de la Cruz, a la sazón catedrático de Navegación de la Escuela de Náutica en la Universidad de Cádiz, el bajel aguardará a que pase la época de los tifones en un itinerario que le llevará de Corea a Hong Kong, Manila, Molucas, Sumatra y Timor, entre el mar de las Visayas y los mares de China a los que Toni Zenet cantaba hace una semana en Cádiz.

Pero como asegura José Fernández Cabo, director del proyecto de este galeón ligado a la Fundación Nao Santa María, su horizonte inmediato podría ser el del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, ya que acaricia la idea de que con motivo dicha efemérides se pueda reproducir el periplo de los diputados a las Cortes de 1812 que vinieron desde países caribeños. Vale que no sea de la época pero mola. Reproduce a grandes rasgos las características de los fletes que realizaron el comercio marítimo español hacia Oriente durante el siglo XVII. Se trata de emular a los galeones de las flotas de Nueva España y de Tierra Firme y el Galeón de Manila, que procedentes fundamentalmente de Cádiz comerciaban durante el siglo XVII con diversos puertos de América y de Asia. El barco ocupa 51 metros de eslora y 3,40 metros de calado, con una cubierta principal sobre la que se alza el bauprés y cuatro mástiles para las siete velas. Abajo, los camarotes de la tripulación y una cámara de oficiales en popa. El material predominante es la madera de roble, de iroko y de pino con un recubrimiento de fibra de vidrio, calidades por las que habrían dado un manso los viejos lobos de mar.

Si consigue fondos suficientes, sería una forma atractiva de mantener en servicio a esta nave de seis cubiertas, un buque diseñado por Ignacio Fernández Vial que responde a las características de aquel momento histórico pero que incorpora medios técnicos innovadores: al menos, pueden recibir partes meteorológicos aunque las comunicaciones personales se suspendan durante la travesía para no incrementar el stress de la tripulación. Su construcción formó parte de un proyecto más ambicioso, denominado Guadalquivir Río de Historia, en cuyo horizonte también figura la conmemoración del quinto centenario de la circunnavegación del Globo Terráqueo por parte de Magallanes y Elcano, una efeméride que ya cuenta con una réplica de la Nao Victoria –150 toneladas– sigue sin despertar grandes entusiasmos ni en Sevilla, de donde partiera aquella expedición, ni en Sanlúcar de Barrameda, desde donde se hizo a mar abierto. Es probable que la crisis esté atenuando el interés por los grandes eventos. Y ello a pesar de que el Galeón Andalucía ha supuesto una fuerte inversión, pero también empieza a cosechar algunos frutos sobre todo en materia de impacto mediático, como las 45.000 visitas recibidas durante su exhibición en la capital de Andalucía. Esto es, el Galeón Andalucía fue costeado por varias empresas privadas y por la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, que aportó 449.500 € a la Fundación. Construido en los varaderos Palmás de Punta Umbría, fue botado allí para ser trasladado en 2010 al Muelle de Levante del Puerto de Huelva, al de las Delicias en Sevilla y finalmente, a finales de marzo, al de Cádiz desde donde partió para su primera singladura de 9.000 millas marinas rumbo a Shanghai. En esa ruta, tocó puerto en Málaga, Malta, Haifa, y cruzó al mar Rojo a través del canal de Suez. El 7 de mayo de 2010, fue escoltada por la fragata Victoria, en su tránsito hacía el Golfo de Aden, dentro de la Operación Atalanta de la Unión Europea para la lucha contra la piratería en aguas de Somalia. Pero también llevaron refuerzos: «En el ïndico el barco tuvo que ser escoltado con vigilantes armados. No hay ni un solo barco que vaya por ese corredor sin protección privada», rememora José Fernández Cabo.

A bordo, entre sus 35 tripulantes, figuran científicos de varias universidades que desarrollan diversas investigaciones en materia de biología marina, flora y fauna en la zona costera, mejoras en los usos de pesca del litoral, antropología y derecho mercantil: «Somos algo así como el Hespérides andaluz», remacha el director del proyecto.A lo largo de la travesía, no sólo hubo hombres a bordo sino entre 3 y 5 mujeres. La mayor parte de la navegación transcurrió a vela, incluso durante 18 días seguidos, hasta que se hiciera necesario encender los motores para alcanzar las marcas medias previstas, en una ruta que le llevaría por Omán, Sri Lanka y Singapur, antes de llegar a Shanghai, donde 400 millones de personas ya han percibido la marca Andalucía a través de sus velas reproducidas en todos los medios de comunicación. La incógnita para su supervivencia futura estriba en que si la administración lo considerará suficiente en plena era de la austeridad; y si su participación en los fastos del 12 estará condicionada a la busca de patrocinios privados. Ya queda poco.

Gaditanos en Shanghai

Al margen de la tripulación del Galeón Andalucía, Cádiz está presente en el Pabellón de España en la Exposición Universal de Shanghai a través de dos de sus principales referencias en el ámbito del Jerez y de la Manzanilla de Sanlúcar, como son Tío Pepe y Solear. Pero esta semana, Cádiz se hizo más presente que nunca de la mano del bailaor Juan José Jaén 'El Junco' y su compañía Tiempo Flamenco, de la que forman parte la bailaora Susana Casas y su hermana Encarnación, cantaora conocida como La Chabuca, pero también con la presencia del percusionista Matías López y de los guitarristas gaditanos Keko Baldomero y Francisco Javier Ibáñez, por no hablar de la voz viñera del cada vez más brillante David Palomar: no sólo dejaron boquiabiertos durante sus exhibiciones a los visitantes del Pabellón sino que les enseñaron a hacer palmas a compás a muchos de ellos.