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«¿Cuánto vale esta tapa?»

Aseguran que los veraneantes son los mismos que otros años, aunque han llegado más tarde y con menos poder adquisitivo Los hosteleros alertan que los turistas gastan lo mínimo en los bares

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En este mes de julio muchas mesas de bares, restaurantes y chiringuitos han esperado vacías la llegada de clientes que en años anteriores aglomeraban el trabajo de la hostelería gaditana. En el día a día de los bares son frecuentes las conversaciones de cómo va el negocio y en el ambiente se percibe cierta imprevisibilidad. «Se nota que hay una incertidumbre que antes no se daba», asegura Ramón, dueño de un bar. No injustificada es esta afirmación para aquellos que afirman que en lo que va de mes han perdido entre un 20 y un 50 por ciento de los clientes respecto al año pasado.

Algunos explican que la entrada de turistas en la provincia ha estado bastante parada este año, pero confían en que se mejore para el mes de agosto.

El presidente de la Asociación Gaditana de Empresarios de la Playa (Agelpa), Antonio Montalbán, manifiesta que «los veraneantes son los mismos, pero el nivel de adquisición es menor», y por eso «bajan las ganas» de comer en bares y chiringuitos.

La crisis se nota también a la hora de pedir, porque los consumidores preguntan mucho más cuánto vale cada producto antes de añadirlo a la cuenta. «Si antes se vendía pargos, meros y corvinas, ahora lo más pedido son las sardinas y los pulpos», asegura otro de los empresarios gaditanos.

Montalbán atestigua que la mayoría de los dueños de estos negocios «se están dando cuenta de que julio ha sido un mes muy malo comparado con el año pasado». La actividad ha bajado en los chiringuitos y también en los restaurantes, que en horas puntuales muestran al público su cara más vacía.

El presidente de Agelpa explicó que las cifras se sabrán con más exactitud al acabar el mes de agosto, pero que de momento lo que se espera es que haya pérdidas. «Hay gente bastante preocupada por esto, pero no podemos hablar hasta que acabe agosto», aseveró.

La reducción de la actividad se está notando también en los distribuidores, que ven cómo no venden la misma cantidad que en el verano anterior. Sin embargo, mientras unos pierden, otros ganan. Y así, varios empresarios coinciden en puntualizar que el negocio del tapeo, las cervezas y la comida rápida no están tan afectados como el panorama general que vive el mundo de la hostelería.

Paulo, otro empresario de un restaurante, comparte la afirmación al asegurar que los «clientes salen menos» y acuden más a las terrazas. Al final del verano, «éstas no tendrán pérdidas económicas, porque se están manteniendo», pero en los restaurantes «sí se notarán» los efectos de la crisis, que no deja indiferente a una de las provincias con mayores problemas estructurales de empleo.

Aunque domina la incertidumbre en el sector, no todos se muestran pesimistas. «Se debe seguir potenciando la actividad, ya sea ampliando las tapas, adaptando las cartas, ofreciendo cosas nuevas». Para Ramón, un empresario de la hostelería, «no vale quejarse, sino que es preciso renovar». La crisis puede ser un buen momento para innovar en el servicio y los productos, como días dedicados a un tapa concreta, que ya se viene haciendo.