Josefa, ayer, en Guillén Moreno, a la puerta del bloque en el que vivía su sobrino. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

«Mi sobrino la mató, ¿no? Pues que lo pague»

Los familiares del autor confeso del crimen: Están «destrozados». «Primero por ella, que era como de la familia; y por David, al que se le fue la cabeza» Josefa Martínez, tía de El Kiki

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se lo entregaron hace 20 años, con apenas uno y medio de vida. A él y a su hermano menor. Sus padres, ambos drogadictos, no podían hacerse cargo de los niños y a Josefa le tocó apechugar junto a su marido y a su suegra. Les trataron como a sus propios hijos. Y uno de los grandes apoyos lo tuvieron en Mercedes, a la que consideraban algo más que su amiga. A la que trataban como a una más de la familia.

-¿Cómo se encuentran?

-Destrozados. No sé ni cómo explicarlo. Toda la familia se siente impotente a la hora de afrontar esto que ha pasado. No nos lo esperábamos para nada. Era una vecina, una amiga, que le había criado desde chico, que le había ayudado. El mes pasado estuvimos juntos en una Primera Comunión, y ahora fíjese...

-¿Qué relación tenían la víctima y su presunto asesino?

-Una relación estupenda. Ella lo vio nacer. Lo ha tenido en brazos. Lo mandaba por recados, por tabaco... mira Kiki por aquí, mira Kiki, por allí. Como una familia. No lo entiendo, la verdad, no lo entiendo.

-¿Cómo cree que su sobrino pudo llegar a actuar así?

-Él iría con la intención de robar, porque la droga es muy mala. Pero no me explico el ensañamiento. Porque si ella le coge robando le perdona. Seguro. Ni lo hubiera denunciado. Lo hubiese hablado con nosotros y ya está.

-Pero esa reacción tan brutal no concuerda con la relación que tenían...

-Pues será por la droga. Pero tampoco yo me lo explico, porque hay gente que está muy mal por esa lacra pero no va matando a la gente por la calle. No sé, a lo mejor alguien le ha incitado, no sé... Bueno, dicen que mi sobrino la mató, ¿no?, pues que lo pague.

-¿Han podido hablar con él?

-No, ni queremos, no queremos saber nada de él. Estamos destrozados. En primer lugar por Mercedes, a la que queríamos muchísimo y que no se merecía para nada acabar como ha acabado. Y luego por el niño, que se le fue la cabeza y nos ha dejado a todos destrozados. Que apechugue con lo que ha hecho, pero a nosotros que nos dejen tranquilos.

-¿Ni siquiera han podido hablar con su abogado?

-No sé quién es su abogado. Ni idea. No sabemos si es de oficio o no, pero de verdad que no queremos saber nada. Sólo dejar que pase el tiempo y que a mi familia y a mí nos dejen en paz.

-¿Cómo era David?

-De pequeño era muy lindo, muy cariñoso, muy educado. Claro, así se camelaba a la gente. Porque luego también fue muy problemático. Ha estado de centro en centro y no ha sabido aprovecharlo. Nosotros tratábamos de ayudarle para que se adaptara, pero nada. Hemos intentado darle la mejor educación dentro de nuestras posibilidades. La misma que a mis propios hijos, que son estupendos. Uno es militar y el otro trabaja en Astilleros. Y su hermano también es un chiquillo fantástico.

-¿Se siente dolida con él?

-Mucho. Ya le digo, si lo ha hecho, que lo pague. Seguramente él saldrá de la cárcel algún día, pero ella no va a volver. Es muy triste. Todavía vengo aquí a la puerta de su casa y me parece que Mercedes va a bajar y a aparecer por la puerta del portal.

-¿Qué trato están recibiendo ustedes por parte de los vecinos?

-Todos saben que somos una familia honrada, humilde y trabajadora. Algunos medios de comunicación han dicho que si somos un clan o no sé qué. El clan de los catetos de Alcalá o algo así. Eso es mentira. Estamos muy dolidos. Tendremos poquitos estudios, pero merecemos un respeto. Los más perjudicados con todo esto somos nosotros. Con lo que digan de David nos tendremos que aguantar, pero a nosotros que nos dejen en paz.