Rafa Nadal fue atendido sobre la pista inglesa del All England. :: EFE
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Nadal cojea hacia la curación

El tenista español sufrió dolores el sábado, pero cree que se ha encontrado la solución a sus tendinitis El jugador balear ganó en cinco sets al alemán Philipp Petzschner

LONDRES. Actualizado: Guardar
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En la noche del sábado se podía temer que la Pista Central había visto el penúltimo paso hacia la despedida de Rafael Nadal como el número uno del mundo y como ídolo popular. Para empezar el balear, con sus pies sobre el yerbín sagrado del All England, había dicho un taco. Uno de los que en inglés siempre tienen cuatro letras.

Había ocurrido cuando el juez de silla le amonestó porque su tío Toni - que suele medir el 'vamos, Rafael' con precisión de relojero- le habría dado consejos sobre tácticas de juego, algo que se hace a menudo en todas las pistas pero que está prohibido. El sobrino Rafael, que reconoce que lo que se trae con su tío en las pistas merece a veces amonestaciones, se irritó porque le pareció injusta en ese partido.

La televisión repetía la jugada en cámara lenta y allí estaba el bucanero musculado y noble de Manacor señalando tosco con el dedo al juez de silla y deletreando -sí, en cámara lenta- «fuck you», que no merece la pena traducir. Nadal había ganado en cinco sets al alemán Philipp Petzschner y éste, hombre al parecer de malas pulgas, había añadido remolino a la tormenta.

Petzschner dijo que en su opinión Nadal no tuvo problemas en el codo ni en la rodilla derecha y que sus llamadas al masajista pudieron tener como objetivo romperle el ritmo. Lo que entiende el alemán por ritmo son dos sets y un cuarto en el que pegaba a todas las bolas al máximo y todas entraban.

Avanzada la noche llegó Nadal a la sala de prensa del All England, donde había lleno. ¿Qué pasó con el árbitro?, le preguntaron. Y el tenista español dijo con su inglés rudimentario y gracioso -porque a través de una sintaxis demencial y una fonética a martillazos le sale el carácter de deportista bonachón que lleva dentro- explicó: «Le he dicho: 'luego vamos a hablar tú y yo con el supervisor'».