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Villa saca provecho del dibujo de Del Bosque

Los dos delanteros, que no jugaban juntos desde hacía nueve meses, disfrutan de suerte desigual de cara a la portería Su desplazamiento al lado izquierdo y la entrada de Torres hacen emerger la mejor versión del punta asturiano

JOHANNESBURGO. Actualizado: Guardar
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Fernando Torres y David Villa. Gol y gol. Pareja de 'killers'. Dos buscavidas. Supervivientes de esquemas mezquinos, rendidos a su suerte en la tela de araña de los contrarios, encuentran en el dibujo de la selección un motivo ilusionante para disfrutar del puesto de delantero. «Hay que aprovechar las virtudes de nuestros futbolistas más allá del sistema. El estilo el equipo lo marcan los jugadores del medio. Son nuestra alma», decía El Niño en la antesala.

Dos agradecidos de la generosidad de los futbolistas creativos de España. En este quipo no hay que buscarse las castañas. Hay que rematar. Compenetrarse con el compañero. Y ambos entienden el papel a la perfección. Así se vio en el partido inaugural de el Eurocopa, donde Torres sirvió el primer gol en bandeja a Villa cuando tenía una buena posición para disparar a puerta.

Nunca hubo fisuras entre ellos. Ni siquiera cuando el debate de su incompatibilidad se manoseó en los medios. «Complementarios siempre. Es importante para mí y para el equipo que Fernando esté en el campo», decía Villa. Simbiosis sin aditivos. Por las lesiones, El Guaje y El Niño hacía tiempo que no jugaban juntos. Nueve meses. Un parto. Desde la doble confrontación con Estonia y Bélgica, en encuentros de clasificación para el Mundial. Entonces, la selección hizo ocho goles y Villa metió dos.

Desde entonces, diez partidos sin encontrarse en el equipo titular. Ante Suiza se encontraron en una situación extraña. Con el marcador en contra y necesitados de hacer gol. Entonces se estorbaron. Ayer tocaba reválida. Del Bosque apostó por ambos en el once inicial. Nada nuevo para ambos. Villa estaba obligado a escorarse a la izquierda mientras el compañero buscaba los espacios por dentro.

Jornaleros del gol

Una lección que se saben de memoria. Son buenos jornaleros del gol. Y España precisaba un morral bien repleto para un posible doble o el triple empate con Suiza y Chile en la última jornada. La selección salió con otro color de cara. Más incisiva, más inquieta. Con ganas de resolver por la vía rápida. Pero el ejercicio de masoquismo comenzó enseguida. Torres remató en semifallo en la primera aproximación. Mal inicio. El colegiado Nishimura no quería ver nada en el área hondureña. La vieja canción del quién perdona acaba... Villa estrelló el balón contra el palo en otra. Más tensión.

Más preocupación. Sube la ansiedad. Los dos delanteros estaban en el escenario idóneo para ponerse las botas, pero falta puntería. Villa sacó el revolver y a la tercera hizo diana. Al cuarto de hora. Faltaba el complemento de Fernando Torres.

Sin embargo, Anfield queda lejos. Siete. Ocho. Nueve. Diez. Hasta once ocasiones tuvo España en la primera mitad y El Niño no vio puerta. Participó en toda la labor ofensiva sin encontrar premio. Mal fario. Y encima el colegiado se tragó dos penaltis. Cegato y sin personalidad, el juez permitió que Honduras llegase con sólo un gol de desventaja y vivito y coleando a la segunda mitad.

David Villa pudo firmar el arranque en el Mundial de Alemania, con un hat trick, pero falló un penalti. Dos goles que supieron a poco y que no resuelven las dudas de futuro porque todo el mundo se jugaba el bigote en el Ellis Park. Desde los jugadores hasta el seleccionador. Aunque la crítica no fue excesivamente dura con Del Bosque en el primer revés, el seleccionador estaba obligado a redimirse con el resto del grupo. El análisis de Luis Aragonés, el técnico que llevó a España hasta la Eurocopa, en un canal de televisión sólo sirvieron para erosionar el terrón de azúcar del Mundial.

No fue una semana tranquila para Vicente. La derrota ante Suiza le quitó el sueño. Un cuadro de ansiedad que aumentó e volumen cuando vio repetido el encuentro en el video acompañado por sus colaboradores. «No me considero maltratado. La crítica ha sido condescendiente», dijo en público. El cuerpo técnico no pudo reprochar nada a los jugadores en los conceptos básicos. Sólo faltó puntería.